Tenemos una España llena de vacaciones. Las carreteras son inundadas por los coches. Los chiringuitos playeros a los topes, mientras tanto los comensales esperando enfila india los espetones. En los pueblos las ferias patronales tienen los folclores acompañadas de castañuelas animando al vecindario. Parece ser que, el comunista Maduro ha ganado las elecciones de este último domingo en Venezuela. Algunos telediarios han comentado de un pucherazo en toda regla, donde las trampas, se supone, son siempre las garantías de los marxistas, en los países donde los comunistas desafían trampeando la situación electoral. No es solamente en Venezuela, sino en cualquier estado donde tienen las manos ligeras y donde los tramperos buscan lugar para ello.
Hay una trampa, difícil de soslayar por parte de los votantes, donde los interventores, algunos de ellos, se ponen detrás de las mesas, dejando descansar al presidente nombrando la papeleta, para que este amigo, “cante” el voto. Así hasta terminar la cuantía de los votos de la urna, no admisible y aceptada por la ultima ley electoral. El presidente de la mesa, es el único valedor del escrutinio, abriendo el sobre. no por un interventor o apoderado de los partidos. Mis ojitos lo han visto y denunciado.
El comunismo, la dictadura chavista y sus evidentes y argucias llenas de trampas, donde se ha comprobado que, los sondeos a última hora de las elecciones, el porcentaje era muy elevado comparado con los del actual presidente que se le suponía un 30 % por un 70 del opositor.
Díganme, si en España hay reveses dudosos de analizar, ¿cómo no es posible realizar estos fraudes en donde está asentado un comunismo feroz y canalla? Mientras esto ocurre en Venezuela, aquí estamos a verlas venir con castañuelas y folklore de todo tipo.
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