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Nos asentamos sobre una inestabilidad manifiesta, en la cual, los puntos fijos son una auténtica rareza, si es que llega alguno a perfilarse. Conocemos las funciones de partículas minúsculas, masas indetectables, energías potentes y avizoramos nuevas dimensiones en el Universo; los podíamos resumir en la actividad de unos ÁTOMOS INQUIETOS de interminables reacciones en ámbitos inalcanzables para nuestro entendimiento. La pequeñez de los elementos participantes, inmersos en una inmensidad que ni siquiera logramos comprender. Vienen a proyectarnos sobre una disyuntiva vitalista, donde los matices particulares se presentan enlazados con las vibraciones comunitarias.

Sin embargo, al observar los diversos modos de actuar, apreciamos una serie de repeticiones ilustrativas, cuyas motivaciones reales no suelen ser conocidas. Se establecen ORIENTACIONES organizativas de mayor o menor duración. Comienzan a detectarse en el sector de las minúsculas partículas, pero aparecen también por las sucesivas experiencias existenciales de las personas. En el curso de la vida, tanto en lo particular como en los afanes colectivos, descubrimos muchas de estas tendencias. En forma de reglas científicas, sin perjuicio de ser modificadas por descubrimientos posteriores. Pero también en las modalidades de las actuaciones humanas, dentro de la variedad se aprecian rasgos comunes.


Saquemos a colación un ejemplo de la Naturaleza, con sus simplezas, relaciones increíbles, prestancias maravillosas y sus propias limitaciones también. Escojamos hoy la sencilla expresividad de una planta solanácea bien conocida, el llamado Galán de Noche, el Cestrum Nocturnum, nacido del mismo núcleo de átomos inquietos en el cual estamos todos involucrados. No es pequeño misterio y aventura a la vez, como la viveza de las múltiples partículas consiguen ENHEBRARSE en esa curiosa realidad vegetal, una realidad más de los movimientos originados desde energías que no llegamos a controlar. La planta emergente presenta atributos provenientes de los fondos vitales inescrutables.


En la evolución de este galán se ponen de manifiesto de manera notable aquellas orientaciones funcionales que mencionaba. Bajo la administración de una trama genética considerable, la asimilación de los nutrientes accesibles, la organización de los tejidos del vegetal, la savia circulante, y la misma composición desde el tronco a las hojas, desde las flores a su contenido químico; agrupan diferentes funcionalidades completamente activadas. A la formación plástica del tejido vegetal de esta planta en concreto, se unen los diversos compuestos químicos identificados en su interior, de efectos contrapuestos. De hecho, el AROMA fragante emanado de sus esencias, se convierte en su principal carácter definitorio


Culmina en ese ofrecimiento que roza el carácter sublime por la finura de su expansión en el ambiente, sin remilgos ni requerimientos extraños. Sin embargo, en su interior se depositan también moléculas de solanina, gitonina y digitogenina, de indudables efectos TÓXICOS. Bien es verdad, que los humanos no suelen ingerir esta planta, pero puede suponer riesgos para las mascotas. Como en tantas otras cuestiones, la calibración de los peligros atiende a la cantidad de los productos manejados, de ella depende el grado de los efectos indeseables. En el mismo cuerpo orgánico están presentes ciertas cualidades estupendas junto a sustancias de efectos no deseados. La magnífica coherencia de sus estructuras nos muestra una buena enseñanza.


Las incógnitas sobre el destino particular de cada participante, quedan aparcadas. Surgen limitaciones evidentes y dependencias de múltiples factores externos. Pero sobresale el mejor empleo posible de sus disponibilidades, como una alegoría encomiable de la EXCELENCIA en cuanto a la activación de sus potencias. Si queremos apreciarla, esa fragancia conseguida a través del trayecto biológico, es una invitación de alcances inigualables para cualquier persona. En este terreno de las capacidades y libertades, no es tan fácil comportarse con el debido equilibrio; podemos quedarnos cortos por dedicaciones insuficientes, pero también excedernos perdiendo el control; las decisiones precisan de un fino discernimiento.


Los notorios avances tecnológicos permiten la síntesis de partículas en los laboratorios con esas propiedades aromáticas. No contentos con estos logros, se pierde el respeto a los elementos naturales; se pasa con frecuencia a la suplantación total, eliminando la espontaneidad biológica. Ese control de la Naturaleza no es inocente, la diversidad pretende ser controlada por entes totalitarios al servicio de intereses concretos. Sobrepasada la mera utilización de los recursos disponibles se consolida el SELLO PERSONAL para bien o para mal, entrando en juego multitud de valoraciones. Cuando hablamos de excelentes actuaciones, no tratamos únicamente de unos logros concretos, sino del buen hacer adaptado a las circunstancias del momento.


Por lo tanto, nos adherimos al símil vegetal de hoy, para centrar la atención en el aprovechamiento de las cualidades personales. Si nos dejamos llevar por la actualidad rampante, aunque parezca inverosímil, los rumbos van dirigidos a la inmediatez de unos resultados rimbombantes, alejados de las mínimas consideraciones reflexivas. Los aspectos cualitativos ceñidos a las características de las personas se desdeñan en favor de los tumultuosos impulsos cargados de GREGARISMOS un tanto irracionales, a pesar de que ostenten el apoyo de numerosos entusiastas. La ofuscación de las aglomeraciones puede eliminar los criterios, pero no modifican ni un ápice las esencias subyacentes de los protagonistas.


Las limitaciones estructurales o de otra índole nunca han sido un determinante absoluto para anular las proyecciones de cada ser vivo. Establecen un CAUCE VITAL para el desarrollo organizado de las proyecciones particulares de dichos seres, en su diversidad y en los ambientes concretos. La pretensión tan en boga de eliminar estos cauces al dictado de intereses endiosados, nos adentra en mecanismos intrincados de difícil ensamblaje con lo que realmente somos; con ese añadido pernicioso de confundirnos hasta en las nociones elementales. Origina uno de los trastornos peores en el orden de las relaciones comunitarias.


Incluso con las actitudes creativas mejor valoradas, la progresiva falta de atención dedicada al resto de acompañantes simultáneos, sean minerales, vegetales, animales o humanos, aniquiló progresivamente el sentido de la RESPONSABILIDAD. Hablemos de mascotas, profesionales, gobernantes o diversas ocupaciones, aquel sentido de la ligazón comunitaria apenas se detecta en las experiencias cotidianas. El círculo vicioso de causas y efectos indeseables, adquiere dimensiones generalizadas.


Entre sus propios tóxicos, necesidades nutritivas y trazado genético, el Cestrum Nocturnum muestra su colorido floral y sus maravillas aromáticas, en una espléndida culminación. Coloca en un brete a la INTELIGENCIA humana, el de utilizar bien sus recursos. La vida comunitaria pende de un fino hilo, expuesta a esa libertad decisoria con incalculables efectos, siempre sometidos al misterioso núcleo existencial.

Levedad ilustrativa

Aportar nuestros mejores lustres es una tarea primordial
Rafael Pérez Ortolá
viernes, 27 de octubre de 2023, 11:05 h (CET)

Nos asentamos sobre una inestabilidad manifiesta, en la cual, los puntos fijos son una auténtica rareza, si es que llega alguno a perfilarse. Conocemos las funciones de partículas minúsculas, masas indetectables, energías potentes y avizoramos nuevas dimensiones en el Universo; los podíamos resumir en la actividad de unos ÁTOMOS INQUIETOS de interminables reacciones en ámbitos inalcanzables para nuestro entendimiento. La pequeñez de los elementos participantes, inmersos en una inmensidad que ni siquiera logramos comprender. Vienen a proyectarnos sobre una disyuntiva vitalista, donde los matices particulares se presentan enlazados con las vibraciones comunitarias.

Sin embargo, al observar los diversos modos de actuar, apreciamos una serie de repeticiones ilustrativas, cuyas motivaciones reales no suelen ser conocidas. Se establecen ORIENTACIONES organizativas de mayor o menor duración. Comienzan a detectarse en el sector de las minúsculas partículas, pero aparecen también por las sucesivas experiencias existenciales de las personas. En el curso de la vida, tanto en lo particular como en los afanes colectivos, descubrimos muchas de estas tendencias. En forma de reglas científicas, sin perjuicio de ser modificadas por descubrimientos posteriores. Pero también en las modalidades de las actuaciones humanas, dentro de la variedad se aprecian rasgos comunes.


Saquemos a colación un ejemplo de la Naturaleza, con sus simplezas, relaciones increíbles, prestancias maravillosas y sus propias limitaciones también. Escojamos hoy la sencilla expresividad de una planta solanácea bien conocida, el llamado Galán de Noche, el Cestrum Nocturnum, nacido del mismo núcleo de átomos inquietos en el cual estamos todos involucrados. No es pequeño misterio y aventura a la vez, como la viveza de las múltiples partículas consiguen ENHEBRARSE en esa curiosa realidad vegetal, una realidad más de los movimientos originados desde energías que no llegamos a controlar. La planta emergente presenta atributos provenientes de los fondos vitales inescrutables.


En la evolución de este galán se ponen de manifiesto de manera notable aquellas orientaciones funcionales que mencionaba. Bajo la administración de una trama genética considerable, la asimilación de los nutrientes accesibles, la organización de los tejidos del vegetal, la savia circulante, y la misma composición desde el tronco a las hojas, desde las flores a su contenido químico; agrupan diferentes funcionalidades completamente activadas. A la formación plástica del tejido vegetal de esta planta en concreto, se unen los diversos compuestos químicos identificados en su interior, de efectos contrapuestos. De hecho, el AROMA fragante emanado de sus esencias, se convierte en su principal carácter definitorio


Culmina en ese ofrecimiento que roza el carácter sublime por la finura de su expansión en el ambiente, sin remilgos ni requerimientos extraños. Sin embargo, en su interior se depositan también moléculas de solanina, gitonina y digitogenina, de indudables efectos TÓXICOS. Bien es verdad, que los humanos no suelen ingerir esta planta, pero puede suponer riesgos para las mascotas. Como en tantas otras cuestiones, la calibración de los peligros atiende a la cantidad de los productos manejados, de ella depende el grado de los efectos indeseables. En el mismo cuerpo orgánico están presentes ciertas cualidades estupendas junto a sustancias de efectos no deseados. La magnífica coherencia de sus estructuras nos muestra una buena enseñanza.


Las incógnitas sobre el destino particular de cada participante, quedan aparcadas. Surgen limitaciones evidentes y dependencias de múltiples factores externos. Pero sobresale el mejor empleo posible de sus disponibilidades, como una alegoría encomiable de la EXCELENCIA en cuanto a la activación de sus potencias. Si queremos apreciarla, esa fragancia conseguida a través del trayecto biológico, es una invitación de alcances inigualables para cualquier persona. En este terreno de las capacidades y libertades, no es tan fácil comportarse con el debido equilibrio; podemos quedarnos cortos por dedicaciones insuficientes, pero también excedernos perdiendo el control; las decisiones precisan de un fino discernimiento.


Los notorios avances tecnológicos permiten la síntesis de partículas en los laboratorios con esas propiedades aromáticas. No contentos con estos logros, se pierde el respeto a los elementos naturales; se pasa con frecuencia a la suplantación total, eliminando la espontaneidad biológica. Ese control de la Naturaleza no es inocente, la diversidad pretende ser controlada por entes totalitarios al servicio de intereses concretos. Sobrepasada la mera utilización de los recursos disponibles se consolida el SELLO PERSONAL para bien o para mal, entrando en juego multitud de valoraciones. Cuando hablamos de excelentes actuaciones, no tratamos únicamente de unos logros concretos, sino del buen hacer adaptado a las circunstancias del momento.


Por lo tanto, nos adherimos al símil vegetal de hoy, para centrar la atención en el aprovechamiento de las cualidades personales. Si nos dejamos llevar por la actualidad rampante, aunque parezca inverosímil, los rumbos van dirigidos a la inmediatez de unos resultados rimbombantes, alejados de las mínimas consideraciones reflexivas. Los aspectos cualitativos ceñidos a las características de las personas se desdeñan en favor de los tumultuosos impulsos cargados de GREGARISMOS un tanto irracionales, a pesar de que ostenten el apoyo de numerosos entusiastas. La ofuscación de las aglomeraciones puede eliminar los criterios, pero no modifican ni un ápice las esencias subyacentes de los protagonistas.


Las limitaciones estructurales o de otra índole nunca han sido un determinante absoluto para anular las proyecciones de cada ser vivo. Establecen un CAUCE VITAL para el desarrollo organizado de las proyecciones particulares de dichos seres, en su diversidad y en los ambientes concretos. La pretensión tan en boga de eliminar estos cauces al dictado de intereses endiosados, nos adentra en mecanismos intrincados de difícil ensamblaje con lo que realmente somos; con ese añadido pernicioso de confundirnos hasta en las nociones elementales. Origina uno de los trastornos peores en el orden de las relaciones comunitarias.


Incluso con las actitudes creativas mejor valoradas, la progresiva falta de atención dedicada al resto de acompañantes simultáneos, sean minerales, vegetales, animales o humanos, aniquiló progresivamente el sentido de la RESPONSABILIDAD. Hablemos de mascotas, profesionales, gobernantes o diversas ocupaciones, aquel sentido de la ligazón comunitaria apenas se detecta en las experiencias cotidianas. El círculo vicioso de causas y efectos indeseables, adquiere dimensiones generalizadas.


Entre sus propios tóxicos, necesidades nutritivas y trazado genético, el Cestrum Nocturnum muestra su colorido floral y sus maravillas aromáticas, en una espléndida culminación. Coloca en un brete a la INTELIGENCIA humana, el de utilizar bien sus recursos. La vida comunitaria pende de un fino hilo, expuesta a esa libertad decisoria con incalculables efectos, siempre sometidos al misterioso núcleo existencial.

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