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La aventura personal nadie la puede suplantar, ni los mequetrefes de turno

Órdenes inesquivables

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La complejidad de los asuntos cotidianos se nutre de la incertidumbre por los conocimientos incompletos y de la multiplicidad de versiones descontroladas. Ambas facetas tienen trazas de no modificarse, el barullo consiguiente tampoco augura planteamientos consistentes. El saber circula por sectores diversificados, la física es muy distinta de los estudios legislativos, el comercio lo es con respecto a las ciencias naturales. En la pretendida comprensión de cuanto acontece, aún complicamos más las cosas con la MEZCOLANZA de conocimientos de diferente procedencia. Cuando estamos hablando de la sociología le atribuimos propiedades físicas, o rasgos matemáticos a los pensamientos, en una notoria confusión de los órdenes utilizados.


El pensamiento transita por esferas un tanto incomprensibles. Los mecanismos de su funcionamiento son desconocidos en su mayor parte, no digamos si tratamos de medir sus alcances, desde los orígenes a sus limitaciones. Tratar de ceñirlo a determinadas trayectorias limitadas, no parece sensato, el orden de las IDEAS es un mundo abierto. Reducirlo a unas formas geográficas, incluso comarcales, no parece adecuado. Las reglas de la física o de las matemáticas, no se adaptan a sus libertades. Tampoco se reducen a un área concreta, sea filosófica o sociológica, menos aún a un sujeto o un colectivo recortado. Las ideas circulan con unas maneras peculiares de rangos y conexiones fascinantes.


En las diferentes actividades, se buscaron los máximos apoyos accesibles, como base para los futuros proyectos y retos vitales. Los logros en cada una de las áreas han supuesto avances considerables en el orden PRÁCTICO, para satisfacer las necesidades y adaptarnos a una convivencia gratificante. Desde los albores científicos a los nuevos descubrimientos, incluso cuánticos; son asombrosos los escalones superados. El nivel de la supervivencia actual, los procesos alimentarios, la misma estructuración de la sociedad, son buenas muestras. Las teclas a pulsar en este orden son específicas y complejas. También asoma el carácter menesteroso de este orden, no todo queda explicado con él.


Me adhiero al concepto de Eugenio Trías sobre seres limítrofes entre la multitud de horizontes abiertos, pero carentes de conclusiones firmes. Ingente labor esta para tratar de percibirnos con una cierta autenticidad de lo que realmente somos y lo que representan los entornos. Entramos de lleno en el pretendido orden de la COMPRENSIÓN, nunca alcanzada en plenitud. Sus características se aferran al concepto de ficción inestable, por la imparable oscilación de los escenarios y cuyos intérpretes son incontables. Plantea su propia duda radical, si admite valoraciones de conjunto o ha de limitarse a la calibración de cada persona, como ente insustituible y solitario en este trance.

Tanto en lo referente a las mentalidades, a las vicisitudes laborales, comportamientos individuales y sociales, como en la interpretación de cada una de las ciencias; los saltos en el vacío sin las mínimas reflexiones orientadoras, no van a permitirnos ninguna cohesión como entes individuales ni como asociación comunitaria. En cada orden de los referidos, ideas, práctica o comprensión, surgen nuevos fenómenos, pendientes de que nos adentremos en su conocimiento. Constituyen el orden de los EMERGENTES, retos y situaciones con nuevas características. Es el orden de los recientes requerimientos, exigen nuevas atenciones para saber a qué atenernos. Su proliferación en áreas diferentes y cada sujeto con sus ideas, apenas nos permiten convivir con la emergencia.


Al retrotraer la mirada hacia las bases previamente establecidas, se agrandan las dimensiones del asombro, las sorpresas, porque incluso nos cuesta reconocerlas, no permanecieron inalteradas según las hubiéramos dejado. Su misma estructura varió y con las numerosas influencias subyacentes, no permiten apreciarlas como teníamos previsto; las implicaciones correspondientes con el concepto anterior, se deshilachan. Nos hallamos en plena vorágine de un recorrido dinámico y acelerado. Podemos calificarlo como orden EVOLUTIVO, de márgenes imprecisos y rumbos caóticos para nuestro entendimiento; no sólo se nos va de las manos, ni atisbamos su reglamentación. Quedan por ver nuestros próximos movimientos.


En el sistema social que nos ha tocado en suerte, las pequeñas verdades son descifradas en la medida de su comprobación por la experiencia; cuando su ratificación no es posible, se quedan en simples versiones, pueden servir para futuras exploraciones. En el conjunto general del funcionamiento destacan las diferentes capacidades de las personas; la aparición de sujetos aventajados frente a muchos otros venidos a menos, es sólo cuestión de tiempo. En semejante desequilibrio, unos acumulan poderes frente al resto; una vez conseguidos, suelen prescindir de otras consideraciones molestas y queda implantado el orden DESPÓTICO. Hasta el presente, este ha sido el cariz preeminente.


El balbuceo de un buen reparto nunca pudo llegar a buen puerto. Renqueante desde su inicio, permanece en entredicho la supuesta labor equilibradora. Las frases son poco resolutivas a la vista de lo observado en la terca realidad. No iremos a toparnos de bruces con esas voces encubridoras de los aventajados cuando resumen al resto con un simple vocablo, esa voz del pueblo no significa nada si está coaccionada, sin buena información, engañada a diario. El orden de la CONVIVENCIA requiere verdaderos artistas con innovaciones, libertades, exigencias y apertura de mentes. No evitan las conductas apegadas a la desfachatez o el despecho, pero nos ayudarán a superar los obstáculos.


No sé a quién se pretenda engañar con ese talante moderno de complacernos en la complejidad impersonal. Se está quedando en evidencia ese regodeo en acentuar la atención en la incertidumbre subyacente, las carencias y las limitaciones; detrás descubrimos las fieras posiciones de quienes pretenden tener el campo libre para actuar a su plena voluntad, a costa de quien sea. Siendo patentes las debilidades, hablar sólo de ellas no dice toda la verdad de nuestra presencia en el mundo. Disponemos de cualidades adecuadas para introducir cierta armonía en las relaciones sociales, sin acogotar a los discrepantes ni monopolizar los planteamientos. Nos interesa reivindicar el orden CUALITATIVO sin concesiones estúpidas a la frivolidad.


No se trata de un pueblo en general, sino de la disyuntiva, cruda si se quiere, a la que se ve abocado cada ciudadano. La opción por una especie de PROTECTORADO ilustrado, no acaba de librarle de las servidumbres humanas, de las cuales no se libra nadie, aceptando así las frivolidades abusivas de los empoderados. Representa la abdicación de la dignidad propia en aras de una autoridad muy cuestionable.


No resulta plácida la otra opción, por las dificultades inherentes a la misma existencia, añadidas a las intemperancias coetáneas. Pero, los mejor posicionados para percibir sus características, circunstancias a su vera y sus inquietudes; son además piezas insustituibles para la adopción de su COMPROMISO particular. Sólo desde esa actitud y la suma de otras similares, será factible el mejor orden comunitario.

Órdenes inesquivables

La aventura personal nadie la puede suplantar, ni los mequetrefes de turno
Rafael Pérez Ortolá
viernes, 30 de junio de 2023, 10:36 h (CET)

La complejidad de los asuntos cotidianos se nutre de la incertidumbre por los conocimientos incompletos y de la multiplicidad de versiones descontroladas. Ambas facetas tienen trazas de no modificarse, el barullo consiguiente tampoco augura planteamientos consistentes. El saber circula por sectores diversificados, la física es muy distinta de los estudios legislativos, el comercio lo es con respecto a las ciencias naturales. En la pretendida comprensión de cuanto acontece, aún complicamos más las cosas con la MEZCOLANZA de conocimientos de diferente procedencia. Cuando estamos hablando de la sociología le atribuimos propiedades físicas, o rasgos matemáticos a los pensamientos, en una notoria confusión de los órdenes utilizados.


El pensamiento transita por esferas un tanto incomprensibles. Los mecanismos de su funcionamiento son desconocidos en su mayor parte, no digamos si tratamos de medir sus alcances, desde los orígenes a sus limitaciones. Tratar de ceñirlo a determinadas trayectorias limitadas, no parece sensato, el orden de las IDEAS es un mundo abierto. Reducirlo a unas formas geográficas, incluso comarcales, no parece adecuado. Las reglas de la física o de las matemáticas, no se adaptan a sus libertades. Tampoco se reducen a un área concreta, sea filosófica o sociológica, menos aún a un sujeto o un colectivo recortado. Las ideas circulan con unas maneras peculiares de rangos y conexiones fascinantes.


En las diferentes actividades, se buscaron los máximos apoyos accesibles, como base para los futuros proyectos y retos vitales. Los logros en cada una de las áreas han supuesto avances considerables en el orden PRÁCTICO, para satisfacer las necesidades y adaptarnos a una convivencia gratificante. Desde los albores científicos a los nuevos descubrimientos, incluso cuánticos; son asombrosos los escalones superados. El nivel de la supervivencia actual, los procesos alimentarios, la misma estructuración de la sociedad, son buenas muestras. Las teclas a pulsar en este orden son específicas y complejas. También asoma el carácter menesteroso de este orden, no todo queda explicado con él.


Me adhiero al concepto de Eugenio Trías sobre seres limítrofes entre la multitud de horizontes abiertos, pero carentes de conclusiones firmes. Ingente labor esta para tratar de percibirnos con una cierta autenticidad de lo que realmente somos y lo que representan los entornos. Entramos de lleno en el pretendido orden de la COMPRENSIÓN, nunca alcanzada en plenitud. Sus características se aferran al concepto de ficción inestable, por la imparable oscilación de los escenarios y cuyos intérpretes son incontables. Plantea su propia duda radical, si admite valoraciones de conjunto o ha de limitarse a la calibración de cada persona, como ente insustituible y solitario en este trance.

Tanto en lo referente a las mentalidades, a las vicisitudes laborales, comportamientos individuales y sociales, como en la interpretación de cada una de las ciencias; los saltos en el vacío sin las mínimas reflexiones orientadoras, no van a permitirnos ninguna cohesión como entes individuales ni como asociación comunitaria. En cada orden de los referidos, ideas, práctica o comprensión, surgen nuevos fenómenos, pendientes de que nos adentremos en su conocimiento. Constituyen el orden de los EMERGENTES, retos y situaciones con nuevas características. Es el orden de los recientes requerimientos, exigen nuevas atenciones para saber a qué atenernos. Su proliferación en áreas diferentes y cada sujeto con sus ideas, apenas nos permiten convivir con la emergencia.


Al retrotraer la mirada hacia las bases previamente establecidas, se agrandan las dimensiones del asombro, las sorpresas, porque incluso nos cuesta reconocerlas, no permanecieron inalteradas según las hubiéramos dejado. Su misma estructura varió y con las numerosas influencias subyacentes, no permiten apreciarlas como teníamos previsto; las implicaciones correspondientes con el concepto anterior, se deshilachan. Nos hallamos en plena vorágine de un recorrido dinámico y acelerado. Podemos calificarlo como orden EVOLUTIVO, de márgenes imprecisos y rumbos caóticos para nuestro entendimiento; no sólo se nos va de las manos, ni atisbamos su reglamentación. Quedan por ver nuestros próximos movimientos.


En el sistema social que nos ha tocado en suerte, las pequeñas verdades son descifradas en la medida de su comprobación por la experiencia; cuando su ratificación no es posible, se quedan en simples versiones, pueden servir para futuras exploraciones. En el conjunto general del funcionamiento destacan las diferentes capacidades de las personas; la aparición de sujetos aventajados frente a muchos otros venidos a menos, es sólo cuestión de tiempo. En semejante desequilibrio, unos acumulan poderes frente al resto; una vez conseguidos, suelen prescindir de otras consideraciones molestas y queda implantado el orden DESPÓTICO. Hasta el presente, este ha sido el cariz preeminente.


El balbuceo de un buen reparto nunca pudo llegar a buen puerto. Renqueante desde su inicio, permanece en entredicho la supuesta labor equilibradora. Las frases son poco resolutivas a la vista de lo observado en la terca realidad. No iremos a toparnos de bruces con esas voces encubridoras de los aventajados cuando resumen al resto con un simple vocablo, esa voz del pueblo no significa nada si está coaccionada, sin buena información, engañada a diario. El orden de la CONVIVENCIA requiere verdaderos artistas con innovaciones, libertades, exigencias y apertura de mentes. No evitan las conductas apegadas a la desfachatez o el despecho, pero nos ayudarán a superar los obstáculos.


No sé a quién se pretenda engañar con ese talante moderno de complacernos en la complejidad impersonal. Se está quedando en evidencia ese regodeo en acentuar la atención en la incertidumbre subyacente, las carencias y las limitaciones; detrás descubrimos las fieras posiciones de quienes pretenden tener el campo libre para actuar a su plena voluntad, a costa de quien sea. Siendo patentes las debilidades, hablar sólo de ellas no dice toda la verdad de nuestra presencia en el mundo. Disponemos de cualidades adecuadas para introducir cierta armonía en las relaciones sociales, sin acogotar a los discrepantes ni monopolizar los planteamientos. Nos interesa reivindicar el orden CUALITATIVO sin concesiones estúpidas a la frivolidad.


No se trata de un pueblo en general, sino de la disyuntiva, cruda si se quiere, a la que se ve abocado cada ciudadano. La opción por una especie de PROTECTORADO ilustrado, no acaba de librarle de las servidumbres humanas, de las cuales no se libra nadie, aceptando así las frivolidades abusivas de los empoderados. Representa la abdicación de la dignidad propia en aras de una autoridad muy cuestionable.


No resulta plácida la otra opción, por las dificultades inherentes a la misma existencia, añadidas a las intemperancias coetáneas. Pero, los mejor posicionados para percibir sus características, circunstancias a su vera y sus inquietudes; son además piezas insustituibles para la adopción de su COMPROMISO particular. Sólo desde esa actitud y la suma de otras similares, será factible el mejor orden comunitario.

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