"Vinicius eres un mono". Es lo que gritaba la afición del Valencia a las puertas de Mestalla. ¿Somos todos los españoles racistas por lo que le dijeron a este jugador? A ver, analicemos la cuestión con objetividad.
Imaginemos que un negro podrido de dinero, le pide la mano a su hija y ella lo acepta. En este caso ¿estaría usted muy triste ante la idea de que su hija se casara con una persona de color, o estaría alegre ante la expectativa de la buena vida que le espera a su hija? Ahora imaginemos que esta misma persona es más pobre que las ratas y le pide la misma mano a su querida hija ¿estaría usted muy afectado por el tono de la piel de su yerno, o por las feas expectativas de futuro de su hija?
En mi opinión, el verdadero sentimiento de odio, repugnancia y hostilidad es hacia la pobreza. Todos hemos visto alguna vez la violencia física y verbal que se vive en los partidos de futbol en todos los países del mundo. Entonces, si por lo que le pasó a Vinicius nos llaman a todos los españoles racistas, en justa correspondencia, debemos llamar energúmenos a todos los habitantes de los países en los que se han dado hechos parecidos. ¿Qué hacemos? ¿Lo dejamos estar?
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