| ||||||||||||||||||||||
| ||||||||||||||||||||||
|
|
Precisamente hoy me ha venido a la cabeza el siguiente pensamiento. Junio de 2018. Moción de censura a Mariano Rajoy. Pedro Sánchez aniquila el Gobierno de España con los votos de proetarras, independentistas, comunistas y antisistema. En ese momento, el pasivo de las Administraciones de la Seguridad Social estaba en 35 mil millones de euros.
Diciembre de 2022. Sánchez lleva casi cuatro años en La Moncloa con el apoyo de los mismos que le auparon al poder. La cifra del citado pasivo alcanza ahora los 106 mil millones de euros. No es que haya crecido, que siempre es un dato negativo. Ni siquiera que se haya doblado, que sería poco menos que una debacle. Es que se ha multiplicado por tres. Nada menos.
Durante el Gobierno de Sánchez, la deuda del total de las Administraciones Públicas ha superado los 1.5 billones de euros. O lo que es lo mismo: casi 300 mil millones más desde junio del 18. Son algunos de los efectos visibles de la peligrosa fusión entre socialismo y populismo.
Esa deuda se debe principalmente a los préstamos que el Estado ha ido concediendo a la Seguridad Social. Algo que hacía ya Rajoy con el Fondo de Reserva, pero que Sánchez ha llevado al límite mientras en paralelo subía las pensiones. Es decir: cada vez que aprobaba una medida populista para favorecer su imagen, ésta se pagaba con deuda de todos los españoles. Una jugada maestra, digna de un trilero profesional.
Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.
Gladio (espada en latín), fue el nombre que se le dio a la "red de agentes durmientes desplegados por la OTAN en Italia y preparados para entrar en acción en caso de que los soviéticos invadieran Europa Occidental", y serían la fuerza aliada que permanecería detrás de las líneas soviéticas para facilitar el contraataque.
El diccionario es permisivo, incluye la rigidez en la delimitación de las entradas y salidas; al tiempo que acoge la pérdida de los formatos cerebrales a la hora de regular las ideas entrantes o las emitidas tras elucubraciones varias. A veces no está tan claro si apreciamos más los desajustes o seguimos fieles a ciertos límites establecidos.
|