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Incluso según los peculiares estándares de la propaganda del Kremlin, resulta irrisorio comparar la batalla de Stalingrado librada por Rusia contra el III Reich con la actual invasión de Ucrania. Los posibles paralelismos distan mucho de la versión que ofreció Putin en el 80 aniversario de este acontecimiento, la batalla de Stalingrado. Y es que, tal vez sí, Rusia se juegue hoy su supervivencia, pero la amenaza viene de su propio presidente, que la ha metido en una aventura suicida de la que, en el mejor de los casos, saldrá muy debilitada.
El espíritu de resistencia que derrotó al nazismo lo tenemos representado por la cumbre entre la UE y Ucrania que se celebraba esos mismo días en Kiev.
Al cabo de los años, los momentos difíciles se van difuminando en el recuerdo. Pero aun tengo grabada en mi mente cómo los estudiantes de mi generación asistíamos, una vez pasada la Semana Santa, a un periodo de terror ante los exámenes finales que se cernían sobre nuestras cabezas.
Ha llegado a mis manos un artículo publicado por el escritor Alfredo Boccia, tal vez uno de los más virtuosos y honestos periodistas que existe en la actualidad en el Paraguay y basta leer el título del articulo para saber quién es Judas. El titulo expresa “Y se dicen amigos de Pecci”.
No somos entusiastas de la RAE, pero sí de nuestro idioma, el español. Nuestro desapego hacia la institución es por muchas de sus, para nosotros, incomprensibles decisiones. Aunque hay que resaltar su importante labor contra la moda anglicista.
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