Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Autocracia | Enfermedad | Poder | Reflexiones

Autocracia y enfermedad del poder

​"La pasión de dominar es la más terrible de todas las enfermedades del espíritu humano", (Voltaire)
Germán Gorráiz López
jueves, 9 de febrero de 2023, 12:16 h (CET)

La personalidad del autócrata encajaría plenamente en la descripción médica del trastorno conocido como psicosis paranoica. Su pensamiento suele ser rígido e incorregible: no tiene en cuenta las razones contrarias, sólo recoge datos o signos que le confirmen el prejuicio para convertirlo en convicción y aunque esté aquejado de dicho trastorno delirante sería bastante funcional y no tiende a mostrar un comportamiento extraño excepto como resultado directo de la idea delirante. Así, el autocrata se alía con la incongruencia y consigue desarbolar cualquier estrategia opositora que sea mínimamente racional.


La paranoia del autocrata se agrava al verse afectado por el llamado “sindrome de hybris” citado por el médico y político inglés David Owen en su obra “The Hybris Syndrome: Busch, Blair ant the Intoxication of Power" término procede de la palabra griega "hybris” que significa desmesura y se conoce como "la enfermedad del Poder".


Asimismo, su falta de otredad deriva en paranoia megalómana, “entendida como delirio de grandeza que provoca que el individuo se crea dotado de un talento y un poder extraordinarios debido a que las deidades le han elegido para una alta misión".


Los que sufren dicho síndrome tienden a la transgresión de las normas generales admitidas pero el tener un ego enfermo de hibris conlleva un castigo o némesis que puede desembocar en una crisis personal en la que el enfermo corrige su conducta y adquiere el conocimiento de la otredad, aspecto altamente improbable entre los autócratas.


En consecuencia, sólo cabe esperar a que un determinado número de personas (Masa Crítica), alcance una conciencia más elevada, momento en que es capaz ya de realizar un salto evolutivo, lograr un cambio de mentalidad e imponer finalmente un ideario que liberará al autócrata de la enfermedad del Poder y le condenará al ostracismo político.

Noticias relacionadas

Atravesamos tiempos extraños. El progreso tecnológico avanza a un ritmo vertiginoso, pero el alma del mundo parece agotada. Se habla de inteligencia artificial, de exploración espacial, de nuevas formas de energía, pero cada día mueren miles de personas por causas evitables, y la Tierra, nuestro único hogar, está al borde del colapso. En medio de esta contradicción brutal, muchos nos hacemos la misma pregunta, ¿qué futuro les dejamos a nuestros hijos?

A lo largo de mi infancia viví en una calle malagueña con ciertas pretensiones de vía principal. Por la parte de atrás, lindaba con la zona más típica del Perchel repleta de corralones. El lenguaje que provenía de sus dimes y diretes habituales era de lo más “florido y versallesco”.

Tenemos que hablar. Cuando uno crece en familia, la charla sobre sexo es uno de esos rituales de paso por el que se ha de transitar, primero como hijos y, después, cuando se madura y se avanza hacia el otro lado del espejo, como padres, actualizando la fórmula y haciéndola más llevadera. Siempre es un momento incómodo, pero esencial para mostrar la realidad a la que se enfrentan durante la adolescencia y, en consecuencia, el resto de su vida.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto