La batalla jurídico-política iniciada con el pleno del Tribunal Constitucional, responde a uno de los episodios más insólitos y lamentables en nuestra democracia desde que se aprobó la Constitución de 1978.
Todo arranca de la debilidad del PSOE en las elecciones generales de 2019 y de la decisión de Pedro Sánchez de apoyarse en la “mayoría Frankenstein", formada con la izquierda populista, los independentistas catalanes y Bildu.
Para sostenerla, Sánchez indultó a los condenados por el "Próces", después ha decidido suprimir, parece que lolo ha conseguido, el delito de sedición y rebajar el de malversación, en paralelo al asalto al poder judicial y al Tribunal Constitucional, para evitar todo intento de la Justicia de poner cualquier límite a su plan en Cataluña.
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