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Parece ser que se han olvidado las recomendaciones que recibíamos en nuestra infancia y adolescencia, en las que se nos invitaba al destierro del uso de lo que se denominaba como “palabras malsonantes” de nuestro vocabulario habitual.
A lo largo de los años se han ido relajando las buenas costumbres y hoy en día no cesamos de oír a cada momento vocablos escatológicos en forma de adjetivos calificativos. Tertulianos y ¿VIPS? en general, no se cortan en acompañar sus ¿discursos? con la palabra “mierda” como definición negativa y “puto-a” como índice de excelencia y satisfacción en grado superlativo.
He podido leer en uno de esos artículos pseudocientíficos que recogen los digitales -sin manifestar su procedencia- que el uso de los “tacos” es beneficioso para la salud. Dice lo siguiente: “Una nueva investigación afirma que decir palabrotas puede hacerte más feliz, estar en mejor forma física, ser más resistente al dolor y aumentar tu capacidad de atención y memoria. Sus efectos incluyen toda una serie de ventajas psicológicas, cognitivas y emocionales”.
Si esto fuera cierto los españoles gozaríamos de una salud envidiable y una felicidad supina. Pero “lo cortés no quita lo valiente”. Supongo que esa terapia la debemos de utilizar de forma interna.
Mientras nos enfrentamos al espejo. Estimo que no es conveniente transmitir palabras malsonantes a todo un auditorio en el que se encuentran personas a los que les molesta este tipo de lenguaje o niños a los que no debemos maleducar.
La buena noticia de hoy arranca de hace casi un par de años. A lo largo de todo este tiempo los espectadores televisivos estamos disfrutando de la presencia de dos jóvenes muy preparados que pretenden conseguir el premio del concurso de Antena 3 Pasapalabra. Se trata de un burgalés y un sevillano. Orestes y Rafa que son todo un ejemplo de cultura, dominio del idioma, respeto al contrincante y educación en general. No les he escuchado jamás una palabra malsonante.
Programas como ese o “el cazador” de TVE nos permiten mejorar nuestro lenguaje y nos invitan a expresarnos de una forma adecuada sin necesidad de recurrir a lugares comunes y expresiones soeces. En el mismo se encuentra un joven malagueño –David Leo García- que gano en su día también el Pasapalabra y que es otro ejemplo de bien decir y bien hacer.
Espero que los medios sonoros cuiden un poco más el lenguaje. En otros países tienen un pitido que anula los tacos emitidos en los mismos. En nuestra querida España se sigue dando rienda suelta a un lenguaje inadecuado que parece subrayar la modernidad de los nuevos creadores de la expresión, lo que solo hacen empobrecer el lenguaje.
Espero de mis lectores que no califiquen a este artículo como “una p… m…” o de “p… madre”. Me conformo con que digan si les ha gustado o no.
EH Bildu estaría integrada por militantes de Aralar, Alternativa, EA e Independientes, todos ellos fagocitados por la estrella-alfa Sortu, cuyo ideólogo sería el actual candidato a Lehendakari, Pello Otxandiano, quien decidió revisar la anterior estrategia de Bildu e incorporar a su bagaje político la llamada inteligencia maquiavélica.
El pasado martes mientras limpiaba uno de los patios de colegio que me toca dos veces a la semana, una niña intentaba proteger a una abeja que no podía volar cogiéndola con una hoja y la apartó para que nadie la pisara estando pendiente para ver si se podía recuperar a lo que se sumaron una compañera y un compañero. Gestos que demuestran más empatía que muchos adultos.
En la colosal vorágine de los tiempos modernos, nos encontramos enredados en un tejido de deseos y ansias desbocadas. Nos hemos convertido en una sociedad dominada por la avaricia, un apetito voraz que desemboca en la insaciabilidad. La hambruna crónica de la insatisfacción. Más y más por el mero más y más. Lejos queda la capacidad personal y colectiva de detenernos a pensar quiénes somos y echar la vista atrás para recapitular de dónde venimos.
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