Con el ejemplo de quitar el delito de la malversación según a quien, todos y cada uno podríamos pillar impunemente, que para eso está el dinero público, para que cada uno lo gaste como mejor le venga, porque es público, no es mío, ni tuyo, ni de nadie.
Si no hay delito en la malversación, pues ¡abajo las cadenas!, que son machistas o franquistas, y hay que quitarlas de enmedio de una vez. Y que lo paguen los ricos con sus impuestos. Bajar los impuestos, nunca, que los ricos tienen que pagar mi malversación cuando ya no se llame así.
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