Poco a poco se va alejando,
pero sigo escuchando su corazón latir. Todavía domina mi cuerpo.
El escritor se muere, se apagará para siempre, no volverá a nacer, yo espero que no, pues nació de un parto difícil y pocas cosas aportó.
El escritor se acaba, la lluvia marca el ritmo que acerca el momento tan esperado por mí. La lluvia es mi aliada y deseo que llueva tanto y tanto para que esté pronto aquí, su fin.
Quiero dejar de escribir.
Para mi inseparable gato, Pochito.
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