Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Carta al director

¿Sabían Rajoy y Sánchez lo de Alejandre?

Domingo Sanz
Lectores
martes, 22 de noviembre de 2022, 08:52 h (CET)

Hemos tardado en enterarnos, como de casi todo lo decisivo en el Reino de España, pero al final se ha sabido.


Siendo Alejandre el JEMAD (jefe del Alto Estado Mayor de la Defensa), lo que significa un cargo militar inmediatamente inferior al del MASUFA (“mando supremo de las Fuerzas Armadas” según la Constitución vigente), organizó la invasión militar de Catalunya tras el referéndum del 1-O de 2017.


La imaginación es libre, pero es inimaginable que el JEMAD haga algo de tal envergadura sin informar al MASUFA. También recordamos que lo primero que dijo Rajoy tras caer con la moción de censura fue que él no había sido quien pidió que el 3 de octubre Felipe VI, el MASUFA vestido de civil, saliera por TV.


Seguimos imaginando y también recordamos que Sánchez, escandalizado ante los miles de votantes catalanes apalizados delante de las urnas, afirmó que reprobaría en el Congreso a la ministra Soraya (Interior), pero después no solo no lo hizo, sino que aplaudió los 9 minutos televisivos de Felipe VI que, al día siguiente, provocaron la mayor caída del Ibex 35 que recuerdo, comparando el selectivo español con el resto de índices europeos de referencia.


Ante estos hechos, que el Gobierno de Sánchez haya respondido a una pregunta parlamentaria de Bildu diciendo que el Gobierno (era el de Rajoy) desconocía el plan de Alejandre, y que resultaría «inaceptable» si hubiera existido, no tiene más valor que el humo provocado por la paja quemando.

¿O acaso ha ordenado el Gobierno alguna investigación para depurar responsabilidades ante una acción militar que, sin duda, hubiera provocado víctimas inocentes y consecuencias irreparables?

Noticias relacionadas

Hay noticias que rayan el insulto y el desprecio hacia quienes se dirigen. Que son asumidas como una verdad irrefutable y que en ese globo sonda enviado no tiene la menor respuesta indignada de quienes las reciben. El problema, por tanto, no es la noticia en sí, sino la palpable realidad de que han convertido al ciudadano en un tipo pusilánime. En un mendigo de migajas a quien los grandes poderes han decidido convertirle, toda su vida, en un esclavo del trabajo.

La sociedad española respira hoy un aire denso, cargado de indignación y desencanto. La sucesión de escándalos de corrupción que salpican al partido en el Gobierno, el PSOE, y a su propia estructura ejecutiva, investigados por la Guardia Civil, no son solo casos aislados como nos dicen los voceros autorizados. Son síntomas de una patología profunda que corroe la confianza ciudadana.

Frente a las amenazas del poder, siempre funcionaron los contrapesos. Hacen posible la libertad individual, que es la única real, aunque veces no seamos conscientes de la misma, pues se trata de una condición, como la salud, que solo se valora cuando se pierde. Los tiranos, o aspirantes a serlo, persiguen siempre el objetivo de concentrar todos los poderes. Para evitar que lo logren, están los contrapesos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto