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Etiquetas | La tronera | Ley | Ministra | Igualdad | Podemos
Supongo que las sedes de Podemos se llenarán de felicitaciones y de jamones de los agresores sexuales/violadores que han visto recortada su pena o que ya están en la calle

Chapuza de ley y chapuceros legisladores

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Irene Montero enfadada 1


Chapuza de ley. Chapuceros dirigentes de la extrema izquierda. Chapuza de Gobierno. Chapuza de presidente e iletradas caraduras que defienden lo indefendible. Bien es verdad que, cuando da explicaciones un especialista serio, besan el suelo y se convencen de la atrabiliaria postura que adoptan, incluso sueltan la sonrisa socarrona para dar muestras de tranquilidad y seguridad, pero no es más que la vena hinchada y los ojos ensangrentados como queriendo aplastar, pisotear y triturar al oponente. Suele ser la reacción propia de la deformación personal, la falta de argumentos y de la indigencia intelectual. A veces lo compensan gritando para que se les escuche y no se entienda al oponente: sepan que, en una carrera de carros, el más estropeado es al que más se le oye.


La ley del «Sólo sí es sí» tiene lagunas y agujeros varios que abren la puerta a los violadores, los rebajan penas y los ponen en la calle. Al final acaba uno pensando que esas retorcidas feministas, que desconocen lo que es el feminismo real o amazónico, solo tienen la capacidad de culpar al maestro armero. Han aprendido de Pedro Sánchez, el mentiroso, y los malos son los otros.


No me sorprendió ayer cuando, en el fragor de la batalla dialéctica, alguien soltó aquello de «las mujeres que forman parte del Ministerio de Igual-Da tienen algo en común: nula formación jurídica, no escuchan a nadie, insultan ante la falta de argumentos y son maleducadas por naturaleza». Acertada afirmación que pone frente al espejo a la extrema izquierda ninguneada, dado que no genera respeto y mucho menos equilibrio.


La demostrada indigencia intelectual de la ministra de Igual-Da, Irene Montero, le ha llevado a criticar a los jueces como si esta especialista en ir a casa “sola y borracha” estuviera por encima del bien y del mal, con su habitual y acomplejada supremacía moral. Algo propio del fascismo más irredento y de ese comunismo que carga con la mochila de ciento cincuenta millones de muertos en el mundo.


Lean, lean y fíjense en la afirmación de la insensata ministra sobre la ley del «sólo sí es sí»: «Hay jueces que están incumpliendo la ley. Naciones Unidas nos alerta de que el machismo puede hacer que haya jueces que apliquen de forma defectuosa una ley..." No tengo dudas de que la ministra y su primera espada, Rodríguez Pam, son torpes para hacer una ley, pero hábiles para justificar lo injustificable y para defender lo indefendible.


No me ha sorprendido que la tal Victoria Rosell se metiera en el charco de la retrógrada y maliciosa ley que nos ocupa, hasta que un especialista integral y con rigor le ha abofeteado dialécticamente. Ha sido el juez Fernando Portillo, quien le ha metido a Rosell un severo meneo y le ha dado un fuerte repaso en el programa de Ana Rosa como diciendo: «¡Ahora vas y lo cascas, por modorra!».


Nunca vi nada igual: el Ministerio de Igualdad, en vez de reconocer su incapacidad manifiesta para legislar y prever actuaciones futuras, se lanza en tromba a por los jueces y lo hace sin disimulo ni precaución, con lo que su ignorancia acaba siendo la bandera de esa extrema izquierda que nada aporta a la sociedad, y menos a la convivencia: “Fórmense, señores jueces, fórmense. Este es el mensaje que les lanzamos”, dicen en un alarde de ignorancia, mala fe, despropósito e indignidad.


Cualquiera diría que se han puesto de acuerdo las partes. El PSOE y Bildu para sacar de la cárcel a los asesinos etarras; Sánchez y Aragonés para sacar de prisión e indultar a los golpistas catalanes; Irene Montero y su cuerda para abrir la puerta carcelaria a los violadores y agresores sexuales (¿tantos tienen en sus filas?); el PSOE y ERC para bendecir a los golpistas eliminando la sedición y, de paso, haciendo desaparecer la malversación para que puedan presentarse a elecciones los golpistas de Tabarnia y Tractoria, además de evitar que el latrocinio andaluz de Griñán y su mafia de aprovechados den con sus huesos en Alhaurín de la Torre o en otro penal.


Permítanme un dato más: se sigue criticando a la Judicatura por ignorancia de algunos políticos y devastadoras políticas, pero el CGPJ creo recordar que advirtió del tremendo error que se estaba a punto de cometer.


Supongo que las sedes de Podemos se llenarán de felicitaciones y de jamones de los agresores sexuales/violadores que han visto recortada su pena o que ya están en la calle. Y yo con estos pelos.

Chapuza de ley y chapuceros legisladores

Supongo que las sedes de Podemos se llenarán de felicitaciones y de jamones de los agresores sexuales/violadores que han visto recortada su pena o que ya están en la calle
Jesús  Salamanca
jueves, 17 de noviembre de 2022, 13:41 h (CET)

Irene Montero enfadada 1


Chapuza de ley. Chapuceros dirigentes de la extrema izquierda. Chapuza de Gobierno. Chapuza de presidente e iletradas caraduras que defienden lo indefendible. Bien es verdad que, cuando da explicaciones un especialista serio, besan el suelo y se convencen de la atrabiliaria postura que adoptan, incluso sueltan la sonrisa socarrona para dar muestras de tranquilidad y seguridad, pero no es más que la vena hinchada y los ojos ensangrentados como queriendo aplastar, pisotear y triturar al oponente. Suele ser la reacción propia de la deformación personal, la falta de argumentos y de la indigencia intelectual. A veces lo compensan gritando para que se les escuche y no se entienda al oponente: sepan que, en una carrera de carros, el más estropeado es al que más se le oye.


La ley del «Sólo sí es sí» tiene lagunas y agujeros varios que abren la puerta a los violadores, los rebajan penas y los ponen en la calle. Al final acaba uno pensando que esas retorcidas feministas, que desconocen lo que es el feminismo real o amazónico, solo tienen la capacidad de culpar al maestro armero. Han aprendido de Pedro Sánchez, el mentiroso, y los malos son los otros.


No me sorprendió ayer cuando, en el fragor de la batalla dialéctica, alguien soltó aquello de «las mujeres que forman parte del Ministerio de Igual-Da tienen algo en común: nula formación jurídica, no escuchan a nadie, insultan ante la falta de argumentos y son maleducadas por naturaleza». Acertada afirmación que pone frente al espejo a la extrema izquierda ninguneada, dado que no genera respeto y mucho menos equilibrio.


La demostrada indigencia intelectual de la ministra de Igual-Da, Irene Montero, le ha llevado a criticar a los jueces como si esta especialista en ir a casa “sola y borracha” estuviera por encima del bien y del mal, con su habitual y acomplejada supremacía moral. Algo propio del fascismo más irredento y de ese comunismo que carga con la mochila de ciento cincuenta millones de muertos en el mundo.


Lean, lean y fíjense en la afirmación de la insensata ministra sobre la ley del «sólo sí es sí»: «Hay jueces que están incumpliendo la ley. Naciones Unidas nos alerta de que el machismo puede hacer que haya jueces que apliquen de forma defectuosa una ley..." No tengo dudas de que la ministra y su primera espada, Rodríguez Pam, son torpes para hacer una ley, pero hábiles para justificar lo injustificable y para defender lo indefendible.


No me ha sorprendido que la tal Victoria Rosell se metiera en el charco de la retrógrada y maliciosa ley que nos ocupa, hasta que un especialista integral y con rigor le ha abofeteado dialécticamente. Ha sido el juez Fernando Portillo, quien le ha metido a Rosell un severo meneo y le ha dado un fuerte repaso en el programa de Ana Rosa como diciendo: «¡Ahora vas y lo cascas, por modorra!».


Nunca vi nada igual: el Ministerio de Igualdad, en vez de reconocer su incapacidad manifiesta para legislar y prever actuaciones futuras, se lanza en tromba a por los jueces y lo hace sin disimulo ni precaución, con lo que su ignorancia acaba siendo la bandera de esa extrema izquierda que nada aporta a la sociedad, y menos a la convivencia: “Fórmense, señores jueces, fórmense. Este es el mensaje que les lanzamos”, dicen en un alarde de ignorancia, mala fe, despropósito e indignidad.


Cualquiera diría que se han puesto de acuerdo las partes. El PSOE y Bildu para sacar de la cárcel a los asesinos etarras; Sánchez y Aragonés para sacar de prisión e indultar a los golpistas catalanes; Irene Montero y su cuerda para abrir la puerta carcelaria a los violadores y agresores sexuales (¿tantos tienen en sus filas?); el PSOE y ERC para bendecir a los golpistas eliminando la sedición y, de paso, haciendo desaparecer la malversación para que puedan presentarse a elecciones los golpistas de Tabarnia y Tractoria, además de evitar que el latrocinio andaluz de Griñán y su mafia de aprovechados den con sus huesos en Alhaurín de la Torre o en otro penal.


Permítanme un dato más: se sigue criticando a la Judicatura por ignorancia de algunos políticos y devastadoras políticas, pero el CGPJ creo recordar que advirtió del tremendo error que se estaba a punto de cometer.


Supongo que las sedes de Podemos se llenarán de felicitaciones y de jamones de los agresores sexuales/violadores que han visto recortada su pena o que ya están en la calle. Y yo con estos pelos.

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Al fin, el sistema educativo (aunque fundamentalmente lo es, o habría de serlo, de enseñanza-aprendizaje) está dentro de una dinámica social y en su transcurrir diario forja futuros ciudadanos con base en unos valores imperantes de los que es complicado sustraerse. Desde el XIX hasta nuestros días dichos valores han estado muy influenciados por la evolución de la ética económico-laboral, a la que Jorge Dioni López se refería afinadamente en un artículo.

Acaba de fallecer Joe Lieberman, con 82 años, senador estadounidense por Connecticut durante cuatro mandatos antes de ser compañero de Al Gore en el año 2000. Desde que se retiró en 2013 retomó su desempeño en la abogacía en American Enterprise Institute y se encontraba estrechamente vinculado al grupo político No Label (https://www.nolabels.org/ ) y que se ha destacado por impulsar políticas independientes y centristas.

Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.

 
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