Me crie en Noja, localidad cántabra, nací en el año 1936. Vivíamos en Noja pero no vivíamos del campo, mi padre era topógrafo del Instituto Geográfico y Catastral. En aquellos tiempos después de la guerra, todo era miseria y pobreza, pero los campesinos criaban animales domésticos para su sustento, por ejemplo gallinas. Y recuerdo perfectamente que cuando llovía, la gallina que estaba criando sus polluelos, extendía sus alas y bajo ellas cobijaba a sus polluelos.
Estamos viviendo en unos tiempos, que no es que llueva, diluvia y hay una tormenta terrible, la gente está atemorizada, inquieta, pero este temporal pasará, pero mientras dure tenemos que hacer como los polluelos, cobijarnos bajo el manto de la Virgen. la tormenta pasará, ya se ven los primeros albores de la nueva sociedad que surgirá después de la tormenta; la Santísima Virgen cobija bajo su manto a sus queridos hijos, y esta formando con ellos un ejército invencible.
La paz, la alegría, la ilusión, el amor, la fraternidad, harán que la nueva sociedad sea como un anticipo de la felicidad eterna que esperamos y que alcanzaremos, si permanecemos cobijados bajo el manto de la Virgen. Esto no es una fábula. Dios es inmutable y no se arrepiente de sus palabras, nos creó por Amor, y nos envió a su Divino Hijo, Cristo Jesús que Vivió, Murió, y Resucito para alcanzarnos la Vida Eterna. Y para ese fin fuimos creados por Dios. Ni el ojo vio ni la mente pensó, lo que Dios tiene preparado para sus elegidos, los que le aman.
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