El Gobierno de España ha vuelto a la carga: el Consejo de Ministros remitió al Congreso el 30 de agosto el proyecto de la nueva ley del aborto. El Ejecutivo no ha esperado a recibir los preceptivos informes de diversos órganos consultivos, tenía prisa por despachar esta ley. Con esta ley aprobada, abortar será todavía más fácil y el personal sanitario que se oponga al aborto lo tendrá más difícil. Veremos qué dicen los correspondientes reglamentos (uno por autonomía), pero la caza de brujas contra los objetores de conciencia será un peligro real.
Ante una situación como esta nos preguntaos ¿Cómo se explica el empecinamiento abortista de tantos gobiernos? Desde Biden en Estados Unidos hasta Boric en Chile, pasando por Macron en Francia o Sánchez en España, el furor abortista parece haberse adueñado de todo gobernante autodenominado progresista y que se precie. Por el contrario, los campeones mundiales en esa práctica, Rusia y China (más de setecientos millones de abortos entre los dos), llevan unos años intentando dar marcha atrás. Les urge contener el suicidio demográfico (Rusia) o evitar el colapso de la industria, escasa en mano de obra juvenil (China). Aprendamos el valor de la vida.
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