Pudimos leer en el Diario Vasco del sábado 2 de octubre, que la Diputación tiene previsto insonorizar ciertos tramos de carreteras y autovías de Gipuzkoa.
Dada la agitación con que vivimos, toda idea que conlleve hacernos la vida más amable por menos ruidosa, es bienvenida. En lo económico-energético, dada la coyuntura de emergencia y entrados en proceso de transición hacia las renovables, sería deseable estudiar una doble intervención en esos tramos, al semitunelizar e instalar en sus techos placas fotovoltaicas.
Idea general también para los tramos menos ruidosos de todas las autovías. A añadir, montar en los laterales de los cuatro arcenes en todo el recorrido, postes de minieólica de rotor vertical (sin aspas), para generar electricidad a partir del movimiento del viento producido por la circulación de los vehículos.
En principio, que la idea sirva para encender luces en mentes estudiosas capaces de calcular los Kw-hora que se podrían generar por kilómetro lineal. Un reto para jóvenes estudiantes de universidades politécnicas y escuelas profesionales, tan necesitadas de que en su ámbito, se incentive el ingenio.
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