El aire sincronizado,
baila al son del compás de nuestro día,
de hoy y de aquel mañana todavía noche en el corazón.

El aire sincronizado,
se detuvo tan solo un instante...
cambió muy lentamente el ritmo de su compás, de movido a lento largo tempo.

Adela entró por la puerta a su morada más interior,
dejó atrás el acelerado ritmo de su razón,
y lo cambió por su todo vacío corazón.

Se encontró ella todo sincronizado en su inmerecida soledad,
la música envolvió a su alma algo triste por la falta de compañía ajena,
esa que cambió el ritmo del pensamiento lógico racional en algo irracionalmente inestable por tan solo unos instantes.

El aire sincronizado,
acarició repentinamente los cristales de la casa medio vacía de Adela,
las lágrimas de lluvia tocaban su monótona canción, empezó ligero su llanto y pasó al fuerte lamento por su mal sino de su torpe destino.

Esa fortuna del dinero y de la mala felicidad,
por no poder compartir su talento con un par de besos,
y un abrazo sentido a la sinrazón del cariño amigo...

O ese cariño del amor buscado sin ser encontrado,
más que en la eterna soledad de este alma que se retira,
en la forzada sincronización de los aires que mi destino me ha dejado por el camino hacia mi ser incompletamente ser.