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Ministerio de Superioridad, 11:15 a.m de cualquier día:
-¿Entonces yo soy no binario?
-Eso es. Y yo máximo común divisor. Me gustan las disensiones.
-Pues yo soy integral. De masa madre.
-Yo derivado pero no del cerdo. No como carne.
-Yo limitado hasta el infinito.
-Yo exponencial. Cuando me pongo a exponer no paro.
-Yo soy una ecuación. Y cumplo segundo grado por no saber despejar incógnitas.
-Pues soy la raíz cúbica de alguien que aún no conozco.
-¿Y para que nos hemos reunido aquí?
-No lo sé. ¿Había que averiguar el área de algo, no?
-¿Para recalificarlo?
-Ni idea, El orden del día parece un Teorema.
-Ya me acuerdo. Yo soy número Complejo. O Primo.
-Entonces eres opresor. Ya tenemos algo.
Un 23 de abril de 1934, según el diario El Mundo de Buenos Aires, la Sociedad de las Naciones había desmentido actos de canibalismo en las tropas bolivianas que combatían en el Chaco. El New York Times había publicado trascendidos que circulaban en La Paz, dando cuenta de que nativos del Chaco, sin ningún respeto, habían matado y devorado a oficiales bolivianos, en protesta por el reclutamiento forzozo de los pueblos originarios.
Tenemos un país donde miles de personas votan a asesinos. Algo no está bien. Adoctrinados en el odio a España, desde pequeños, votan. El problema es que representan el 0,7% pero influyen en España al 100%. Poco que hacer. Puede ir a peor. Aficiones y aflicciones del personal de allí, allá o acullá; y el de aquí. Por lo que hay y pueda ocurrir, el resultado importa. En el País Vasco sobre todo, también en el resto de España y en la UE.
Las conductas de riesgo son aquellos comportamientos que implican un efecto placentero inmediato pero carecen de una valoración de las consecuencias posteriores. Es preciso comprender que son los mecanismos cognitivos los que guían al adolescente y joven a la asunción de conductas de riesgo.
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