El misericordioso, el magnánimo, el comprensivo, Joe Biden, nos quiere ayudar… ¡Qué caritativo que este Joe! Este señor dice en la sede de la OTAN de Bruselas, que nos ofrece más gas ¿será que nos lo va a regalar? ¡Qué va! No los dejará tres o cuatro veces más caro. Pero será por una buena causa, eso sí: sus arcas. Apretando sus dientes postizos, con palabras de terciopelo y por las buenas, pide mano dura contra Rusia. ¿Será que tras sus, hipócritamente, amables palabras oculta la velada amenaza del puñal de las sanciones en el caso de que no nos bajemos los pantalones y dándole la espalda, nos dobleguemos ante su real majestad?
¡Qué bien nos la metió! Ahora lo comprendo todo: "Respaldado por los poderes fácticos de su país, Joe Biden, hizo trampas en las últimas elecciones de EE.UU. Sabiendo que Rusia no lo iba a permitir, sabiendo lo de la guerra civil en Donbass, alimentaron las ansias de poder de un tonto, Zelenski, proponiéndole entrar en la OTAN. Y, una vez iniciada la guerra, toda Europa se pondría en contra de Rusia. Con ello conseguiría acaparar la venta de gas, hacerle el favor de venderles armas obsoletas a Ucrania a buen precio y hacerse con la reconstrucción de Ucrania.
Todo esto regado del vino de la bondad infinita de Estados Unidos hacia el heroico sacrificio del pueblo ucraniano. Mientras que el tonto, Zelenski, se deja condecorar con su candidatura a Premio Nobel de la paz. ¿Qué tal quedó?
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