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Las personas que actúan en consecuencia con sus ideas y son coherentes con sus principios o ideales, pueden estar EQUIVOCADAS, pueden EXTRALIMITARSE, pueden DAÑAR LA CONVIVENCIA… pero nunca se les podrá imputar la TRAICIÓN a sus principios o a su ideología.
En España hemos sufrido muchos años la actividad de ETA, pero siempre se ha sabido que eran “individuos” que anteponían la lealtad a sus ideales a la cómoda convivencia social , no asumida.
Está claro que ETA no entendió el principio de que “el fin no justifica los medios”. Maquiavelo, nunca escribió que “el fin justifica los medios”
Todo grupo que lidera una ideología y todo miembro del mismo, que actúa en base a la misma, tienen que entender que deben ser buenos tanto el fin como los medios utilizados. Todos los IDEALES llevan consigo unas ACTUACIONES derivadas de la FIDELIDAD a los PRINCIPIOS, esto HONRA…, el problema se encuentra en la elección de los actos.
Si bajamos a la arena del debate, cuál sería la “SITUACIÓN POLÍTICA GUBERNAMENTAL” de España: LaTRAICIÓN a los PRINCIPIOS derivados de la CONSTITUCIÓN, de los JURAMENTOS, de los IDEARIOS de PARTIDO y de la MORAL o ÉTICA personal.
ETA se equivocó en TODO…, pero eligió libremente su camino; lo que nunca hizo ETA es TRAICIONAR, por intereses personales, SU ELECCIÓN.
Hoy, el escándalo como sociedad, que se dice democrática, es la BAJEZA MORAL de los que PROMETEN y JURAN para después caer en PERJURIO personal o de grupo.
Si la moral no existe… si la lealtad a uno mismo está podrida por la economía, defenestraremos los ideales o equivocaremos los medios.
Hoy quisiéramos invitarlos a reflexionar en torno a un asunto estrictamente filosófico, en cuanto que buscaremos comprender la esencia de aquello que llamamos cotidianamente "lo político", diferenciándolo de una práctica concreta, un trabajo, un oficio, que es propiamente el de "la política".
La singularidad que todos poseemos, se conjuga a través de la interioridad vivencial y de la intencionalidad expuesta, a través de la voluntad, modulando y modelando un hálito reintegrador de pulsos y mente, de forma activa, para la reconstrucción de nuevas rutas. Nada permanece, todo está sometido al avance social, lo que requiere de cierta audacia para llegar a buen puerto.
El sufrimiento, un fenómeno omnipresente en la experiencia humana, ha sido objeto de reflexión y análisis por parte de diversas tradiciones religiosas a lo largo de la historia. En este artículo, exploraremos las perspectivas budista y cristiana sobre el sufrimiento, centrándonos en sus diferencias fundamentales y en cómo abordan el sentido y la aceptación del dolor humano.
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