Cualquier persona que no sea cristiana y lea el Evangelio, y vea a una persona que cura a los enfermos, que multiplica los alimentos, que domina hasta los vientos, que resucita a los muertos, que perdona los pecados, en fin que pasa haciendo el bien, ni por asombro puede pensar que una persona así termine su vida clavado en una cruz como el mas perverso de los malhechores.
Pero su Reino no era de este mundo, porque el proceso de la Redención del género humano, según voluntad de su Padre Celestial, requería la aniquilación, la destrucción y muerte de Su Único Hijo. Por eso sus discípulos después de su muerte, se alejaban, todo había terminado. Por eso su Gloriosa Resurrección supuso un gozo, una alegría inenarrables, y una luz y una fuerza del Espíritu cambió por completo sus vidas y a partir de esa fecha la historia se refiere a un antes y aun después de Cristo. Pues la historia de España guarda una similitud con la Vida, Muerte y Resurrección de Cristo. Llevó el Evangelio a muchas naciones, es cuna de innumerables santos y fundadores, España era una Nación que iluminaba el mundo.
Pero el presente guarda relación con la Pasión de Cristo; España atraviesa por una situación en la cual la Iglesia Católica y por tanto también la sociedad, ya no irradian la Luz de Cristo, parece que esto no tiene remedio, existe mucho desaliento, igual que el que padecían los discípulos de Cristo después de su muerte, pero a igual que pasó con Cristo, pasará en España; España resucitará y volverá a ser Luz para muchas naciones, pues la llaman la “Madre España”.
Y ese es el plan de Dios por la redención del hombre, tiene que primero padecer y morir para después resucitar. Pues sin duda alguna España, como Cristo, resucitará y no olvidemos lo que Cristo nos anunció: “Mi Reino no es de este Mundo”.
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