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Va de desprecio en desprecio, incluso apoya a colectivos antisistema de muy dudosas aspiraciones y con clara tendencia ‘okupa’

Manuela Carmena genera desencanto

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No hace mucho hablábamos del ridículo observado en el Ayuntamiento de la capital de España. Lo calificábamos como “hazmerreír Carmona&Carmena”. Y es que en apenas unas semanas habían demostrado una clara incompetencia, además de una falta de respeto a la ciudadanía. La prueba es que el socialista, Carmona, ha salido tarifando; se había convertido en la mofa del PSOE, de la ciudadanía madrileña y de todas las tertulias televisivas. Un buen día, Pedro Sánchez, con el típico ‘tic’ fascista, decidió que Carmona debía dejar de ser el portavoz socialista en el Consistorio. Y ahora, tras casi tres meses de concejal y portavoz, Carmona va llorando por los mentideros políticos y denunciando la actitud dictatorial de Pedro Sánchez.

Lo que también es cierto es que Carmena -- con el consentimiento de Carmona-- ha colocado en el Ayuntamiento a sus familiares, al igual que lo han hecho otros ‘figurines’ antisistema recién llegados a los ayuntamientos, así como quienes han ocupado banco en las comunidades autónomas. Han hecho, precisamente, aquello que denunciaron durante meses. La podemita Carmena demuestra ser parte de la casta a la que decía no pertenecer (ella siempre fue otro tipo de casta) y ha convertido el nepotismo en moneda de común circulación. Su actuación ha sido como la de aquel alcalde madrileño de triste figura, Tierno Galván, gris donde los haya. No solo ha usado y abusado del nepotismo más despreciable y desechable sino que hace el ridículo cada vez que hay un acontecimiento público de interés general, al que no suele acudir ni excusa su inasistencia.

Manuela Carmena no ha llegado para servir a la ciudadanía, al menos eso es lo que se deja traslucir. Va de desprecio en desprecio, incluso apoya a colectivos antisistema de muy dudosas aspiraciones y con clara tendencia ‘okupa’; precisamente quien más presumía de llevar a cabo desalojos, mientras estuvo vinculada a la Judicatura. Vergonzoso y gris se presenta el futuro madrileño más inmediato, por no decir que ya empieza a ser vergonzante y negro, muy negro.

Sin duda, ahora que se habla de su posible abandono de la alcaldía, el recuerdo que dejará a los madrileños y a los españoles será de desidia, dejadez, pereza, apatía, insulto gratuito de sus colaboradores, gandulería e incumplimiento. Conociendo la situación penosa por la que atraviesan cientos de familias, no le duelen prendas en marcharse de Madrid a unas largas vacaciones y, cuando regresa de su lujosa estancia, empalma con un largo viaje a Buenos Aires para promocionar su libro; es de suponer que, cuando regrese, cogerá más vacaciones para descansar del viaje.

Si bien la promoción del libro de Carmena no costará ni un euro a las arcas públicas –solo faltaba eso—demuestra que esta señora va ‘a su bola’ y se mueve por claros intereses particulares. Un libro que es un compromiso previo a su elección como alcaldesa –y del que buena parte del contenido se ha quedado obsoleto, por los reiterados incumplimientos--. Hasta el título pone en duda sus planteamientos. El hecho de que se titule "Por qué las cosas pueden ser diferentes", no quiere decir que ella sepa cambiarlas y mucho menos enfocarlas hacia esa diferencia, como se viene demostrando en el día a día. Su mentira reiterada ni siquiera llegó a ser una verdad; no hay más que echar mano de los datos de pobreza infantil y desatención a niños madrileños a los que aludía y defendía hace unos meses.

No es de extrañar que le hayan perdido el respeto y sea el centro de los chistes más modernos, pero es que ella ha perdido la vergüenza. Claro que, con las compañías que llevaba en la lista electoral –con especial incidencia en Guillermo Zapata y la ‘asaltacapillas’— no podía ser de otra forma.

Manuela Carmena genera desencanto

Va de desprecio en desprecio, incluso apoya a colectivos antisistema de muy dudosas aspiraciones y con clara tendencia ‘okupa’
Jesús  Salamanca
miércoles, 26 de agosto de 2015, 06:51 h (CET)
No hace mucho hablábamos del ridículo observado en el Ayuntamiento de la capital de España. Lo calificábamos como “hazmerreír Carmona&Carmena”. Y es que en apenas unas semanas habían demostrado una clara incompetencia, además de una falta de respeto a la ciudadanía. La prueba es que el socialista, Carmona, ha salido tarifando; se había convertido en la mofa del PSOE, de la ciudadanía madrileña y de todas las tertulias televisivas. Un buen día, Pedro Sánchez, con el típico ‘tic’ fascista, decidió que Carmona debía dejar de ser el portavoz socialista en el Consistorio. Y ahora, tras casi tres meses de concejal y portavoz, Carmona va llorando por los mentideros políticos y denunciando la actitud dictatorial de Pedro Sánchez.

Lo que también es cierto es que Carmena -- con el consentimiento de Carmona-- ha colocado en el Ayuntamiento a sus familiares, al igual que lo han hecho otros ‘figurines’ antisistema recién llegados a los ayuntamientos, así como quienes han ocupado banco en las comunidades autónomas. Han hecho, precisamente, aquello que denunciaron durante meses. La podemita Carmena demuestra ser parte de la casta a la que decía no pertenecer (ella siempre fue otro tipo de casta) y ha convertido el nepotismo en moneda de común circulación. Su actuación ha sido como la de aquel alcalde madrileño de triste figura, Tierno Galván, gris donde los haya. No solo ha usado y abusado del nepotismo más despreciable y desechable sino que hace el ridículo cada vez que hay un acontecimiento público de interés general, al que no suele acudir ni excusa su inasistencia.

Manuela Carmena no ha llegado para servir a la ciudadanía, al menos eso es lo que se deja traslucir. Va de desprecio en desprecio, incluso apoya a colectivos antisistema de muy dudosas aspiraciones y con clara tendencia ‘okupa’; precisamente quien más presumía de llevar a cabo desalojos, mientras estuvo vinculada a la Judicatura. Vergonzoso y gris se presenta el futuro madrileño más inmediato, por no decir que ya empieza a ser vergonzante y negro, muy negro.

Sin duda, ahora que se habla de su posible abandono de la alcaldía, el recuerdo que dejará a los madrileños y a los españoles será de desidia, dejadez, pereza, apatía, insulto gratuito de sus colaboradores, gandulería e incumplimiento. Conociendo la situación penosa por la que atraviesan cientos de familias, no le duelen prendas en marcharse de Madrid a unas largas vacaciones y, cuando regresa de su lujosa estancia, empalma con un largo viaje a Buenos Aires para promocionar su libro; es de suponer que, cuando regrese, cogerá más vacaciones para descansar del viaje.

Si bien la promoción del libro de Carmena no costará ni un euro a las arcas públicas –solo faltaba eso—demuestra que esta señora va ‘a su bola’ y se mueve por claros intereses particulares. Un libro que es un compromiso previo a su elección como alcaldesa –y del que buena parte del contenido se ha quedado obsoleto, por los reiterados incumplimientos--. Hasta el título pone en duda sus planteamientos. El hecho de que se titule "Por qué las cosas pueden ser diferentes", no quiere decir que ella sepa cambiarlas y mucho menos enfocarlas hacia esa diferencia, como se viene demostrando en el día a día. Su mentira reiterada ni siquiera llegó a ser una verdad; no hay más que echar mano de los datos de pobreza infantil y desatención a niños madrileños a los que aludía y defendía hace unos meses.

No es de extrañar que le hayan perdido el respeto y sea el centro de los chistes más modernos, pero es que ella ha perdido la vergüenza. Claro que, con las compañías que llevaba en la lista electoral –con especial incidencia en Guillermo Zapata y la ‘asaltacapillas’— no podía ser de otra forma.

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Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

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