El Tribunal Supremo de EEUU ha dictaminado este viernes que el matrimonio homosexual
queda protegido por la Constitución a través de un veredicto en contra de las
prohibiciones a los enlaces entre personas del mismo sexo en todo el país.
El fallo ha sido de cinco jueces a favor y cuatro en contra, con una opinión mayoritaria
redactada por el magistrado Anthony Kennedy.
"Ninguna unión es más profunda que la del matrimonio porque es la representación de los
más altos ideales de amor, fidelidad, sacrificio y familia. En matrimonio, dos personas se
convierten en algo más grande de lo que una vez fueron. Algunos de los peticionarios en
estos casos demuestran que el matrimonio representa un amor que podría perdurar más
allá de la muerte", escribe Kennedy en su argumento final.
"Estos hombres y mujeres respetan el matrimonio de manera tan profunda que ellos
mismos han decidido lograrlo para sí. Su esperanza reside en escapar de la condena que
es vivir en soledad y excluidos de una de las instituciones más antiguas de la civilización.
Piden igualdad en su dignidad a los ojos de la ley. La Constitución les concede ese
derecho", culmina Kennedy.
REACCIÓN DE OBAMA
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha aplaudido la decisión en Twitter nada
más conocer el dictamen. "Hoy es un gran día en la marcha por la igualdad. Las parejas
gay y lesbiana ahora tienen derecho a casarse, como cualquier otro. #Lovewins", escribió,
antes de anunciar que se dirigirá a la nación en un discurso a partir de las 17.00.
Los cuatro jueces que se han mostrado contrarios al matrimonio homosexual han tenido
que redactar sus propias opiniones individuales. Para el magistrado Antonin Scalia, la
decisión supone una "amenaza para la democracia estadounidense" al considerar que
entre el Supremo no hay representantes de los sectores estadounidenses más contrarios
al matrimonio homosexual.
"Permitir que una cuestión como el matrimonio del mismo sexo sea decidida y resuelta
por un grupo de patricios viola el principio de que no existe transformación social sin
representación", escribe Scalia.