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La sequedad mental, no es el paso previo a la indiferencia.
La anulación del individuo, SÍ que es el "canal" necesario para la aparición de la "indiferencia", como Pandemia Social.
El "barbecho" social, la alimentación en “lata” y la información “cuadriculada y pagada” conducen, inexorablemente, a la sequedad mental del individuo.
Sin cocina, sin sabor y sin olfato... Se estará echando la semilla de la "indiferencia", del individuo, del grupo, del pueblo, de la ciudad y de la sociedad, convirtiendo dicha indiferencia en "el Paraíso de todo Estado socializado y oxidado".
Cuando el individuo no discute, se demencia.
Cuando la demencia rellena una sociedad, los gobiernos aplauden el AMORFISMO, encontrando vía libre para una política plagada de Sequedad Social, de Indiferencia Institucional y, sobre todo, de PARTIDISMO TOTALITARIO.
Estos Gobiernos se convierten en pastores solitarios de rebaños mudos y los individuos en muertos vivientes sin ilusión.
Sólo un tratamiento personalizado que mejore el OLFATO, la OBSERVACIÓN, la SELECCIÓN TELEVISIVA y la LECTURA FORMATIVA e INFORMATIVA…, sólo así volveremos a ser personas libres e independientes.
Y... ¡Vuelva dentro de tres meses!
Si todo ha ido bien, habrá vuelto a recordar su nombre, su calle, su pueblo y su "sonrisa".
’A porta gayola’. Entre taurinos, forma de recibir al toro cuando sale al ruedo. Wikipedia añade que es el lance en el que el torero espera al toro de rodillas enfrente de la puerta de toriles; antes de que el animal salga, y cuando se produce la embestida, lo burla con una larga cambiada. Espectacular y peligrosa, pues el animal puede salir deslumbrado y arrollar al torero sin ver ni obedecer al capote.
Vivimos en un país cainita que lleva toda la vida con sus habitantes tirándose los trastos a la cabeza. Desde que dimos el vuelco hacia la democracia, ya hace casi setenta años, vivimos en un ambiente político que se preocupa más de resaltar lo que nos separa, que de poner en marcha lo que nos une.
Está visto que nos necesitamos unos a otros. Además, cuidado con la hoguera que actives contra tu análogo, no sea que se extienda el fuego contra ti mismo. Al mismo tiempo, custodia tu codicia, puedes ascender pero también descender hasta arrastrarte. Únicamente quien sabe preservar lo ajeno puede salvaguardar lo propio.
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