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El Tribunal Supremo acaba de condenar a la Diputación de Lérida por no respetar el bilingüismo. Sinceramente, como leridano no me extraña. En nuestra diputación es prácticamente imposible conseguir impresos, formularios o cualquier otro documento en español, por cierto, la lengua oficial del Estado y la que hablamos la mitad de los leridanos.
Quien lo dude, puede entrar en su página de internet: la realización de trámites, descarga de documentación o información de cualquier tipo está disponible única y exclusivamente en catalán. En una sociedad bilingüe lo lógico es una administración bilingüe, que respete los derechos de todos, tanto catalanohablantes como castellanohablantes. Lamentablemente, no es el caso de la diputación monolingüe leridana.
En una cultura ética repleta de principios atávicos no superados pareciera que la reprobación moral de la familia no venciese la idea de otredad al entender la primera como un espacio colonizado y externo a cualquier realidad por escatológica que resultase. El tacticismo político usa de forma sombría este tipo de herencias sociales para definir las fronteras entre lo posible y no posible.
El sistema dominante o establishment estadounidense utilizaría la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular los ideales del individuo primigenio y conformar una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante las técnicas de manipulación de masas.
Nosotros, hombres sencillos, de difícil discurso, sólo tenemos claro varios términos muy simples: TIMO, ENGAÑO, MENTIRA, REALIDAD y VERDAD. Académicamente hay conceptos que se definen de tal forma que parecen lo que no son o son lo que no parecen... SÓLO UNA BUENA EDUCACIÓN ACLARA CADA SIGNIFICADO.
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