El Estado Islámico ha tomado Sirte, la ciudad natal del ex dictador
Muamar Gadafi, con un imponente desfile con el que han hecho gala de
su poderío militar, confirmando así su hasta ahora esporádica presencia
en territorio libio.
La rama libia del Estado Islámico ha dado a conocer su existencia
difundiendo a través de los foros yihadistas de Internet un amplio
reportaje fotográfico sobre el que fuera el último bastión de Gadafi en la
guerra civil de 2011.
Un convoy formado por decenas de vehículos militares ha recorrido las
principales calles de Sirte, según muestran las imágenes, jaleado por los habitantes
locales, entre ellos niños que también hacen fotografías.
Los milicianos suníes saludan de pie desde los todoterrenos Toyota en los que desfilan
fuertemente armados --se pueden ver lanzagranadas y fusiles--, vestidos con uniformes
militares y encapuchados para no ser reconocidos.
"Hace dos días que Estado Islámico tomó el complejo administrativo de Sirte y expulsó de
allí a los empleados", ha dicho un residente local, bajo condición de anonimato, citado por
la agencia de noticias británica Reuters.
Además, "ha tomado el control de la Universidad de Sirte". De hecho, en una de las
fotografías difundidas por las cuentas afines al Estado Islámico en las redes sociales se
puede ver una bandera negra ondeando en la entrada.
RESPUESTA LIBIA
Las milicias de Misrata, aliadas del Gobierno rebelde de Trípoli, avanzan ya hacia Sirte
para intentar recuperar la ciudad, pero, según han explicado al diario local 'Libya Herald', no
intervendrán de forma inmediata.
Los combatientes han indicado que los líderes tribales de Sirte negocian con los yihadistas
para persuadirles de que abandonen la localidad y sigan su camino hacia Nawfaliya, por lo
que "esperarán a los resultados".
Nawfaliya es una pequeña localidad que, sin embargo, resulta estratégica porque alberga
la autopista que comunica el este y el oeste y que supuestamente al pasado 9 de febrero
cayó en manos del Estado Islámico.
CRISIS DE SEGURIDAD
Estado Islámico ha estado actuando en los últimos meses en Libia y el pasado domingo
dio a conocer la ejecución de 21 coptos egipcios, que secuestró entre diciembre y enero, en
una playa de la provincia de Trípoli.
El primer ministro oficial, Abdulá al Thinni, ha pedido bombardeos de potencias extranjeras
para ayudar a las fuerzas locales a combatir a las milicias islamistas que controlan Trípoli,
asegurando que tiene confirmada la presencia de Estado Islámico y Al Qaeda en la capital.
Libia también ha solicitado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, con el apoyo de
países como Egipto e Italia, que levante el embargo de armas --impuesto durante la guerra
civil de 2011-- para facilitar la reconstrucción de las Fuerzas Armadas.
Libia sufre la peor crisis desde la caída de Gadafi, el 20 de octubre de 2011. Con dos
gobiernos y dos parlamentos --solamente unos oficiales, los de Tobruk-- y continuos
combates en el este, se teme que el país caiga en otra guerra civil.