Es evidente que algunos, cuando deciden hablar de “castas”, como es evidente en un sentido
peyorativo, estableciendo lo que, para ellos, es el predominio del abuso, la supremacía o el
vasallaje ejercido e impuesto por los poderosos sobre los más débiles; lo hacen con la intención
de desprestigiar el mismo sentido de la democracia, ya que dejan de tener en cuenta que, el actual
gobierno del Estado español, al que critican y descalifican fue elegido por un amplia mayoría de la
ciudadanía, por medio de los votos de todos los españoles, en unas elecciones limpias, legales y con
todas las garantías constitucionales. Aquí las castas no tienen razón de esgrimirse porque no existe,
de momento, un medio más adecuado para elegir a los que han de regir los destinos de la nación.
Cuando los bocazas de Podemos se atribuyen la representación del pueblo; cuando pretenden tener
el remedio para los males de España y tratan a los actuales dirigentes de golfos y explotadores;
lo hacen desde la posición de aquellos que se sienten superiores a la democracia; que pretenden
imponer en lugar de convencer o que aspiran a que, los que queden bajo su potestad, tengan que
aceptar, de buen o mal grado, su adoctrinamientos y sus dogmas que piensan imponer cuando
lleguen al poder, precisamente con métodos poco democráticos
El dar por supuesto, sin presentar argumentos que demuestren lo contrario, que lo que ha estado
haciendo el gobierno del PP, durante estos años que lleva ejerciendo de tal, no ha sido más
que un cúmulo de errores y que, como se permiten opinar, España está en peor situación que
cuando la recibieron de manos de los socialistas de Rodríguez Zapatero; aparte de ser inexacto,
profundamente demagógico y propio de mentes cerradas, que no aceptan del adversario ninguna
posible cualidad; es tan peligroso para los españoles como si se le diera a un niño un arma de fuego
cargada para que jugase con ella.
La chulería con la que Podemos da por supuesto que todo lo que se ha hecho en nuestro país, en
su lucha para evitar el tener que acudir al rescate de la UE; para sacar a flote a unas entidades
bancarias que amenazaban con llevar a la nación a la quiebra; para recobrar la confianza de los
inversores en nuestros valores mobiliarios, principalmente la Deuda Pública, y conseguir que
la prima de riesgo, que hace tres años rondaba los 600 puntos básicos, estos días esté situada en
los 108 puntos; el que nuestra economía empiece a dar señales creíbles de recuperación y que
el desempleo empiece a descender, aunque no con la velocidad que todos desearíamos, pero
indicando una tendencia muy favorable; no es más, señores, que utilizar la credibilidad de quienes
no aceptan la existencia de una derecha en el gobierno; de quienes no consienten que fuera de
la izquierda nuestra nación pueda mejorar o que se empeñan sólo en resaltar los defectos, las
equivocaciones o los sacrificios que se han exigido a los ciudadanos; para desprestigiar el sistema
y como medio para hacer proselitismo mediante el empleo de engaños populistas, apoyados
en las obsoletas tesis fracasadas del comunismo pero, con la particularidad de que obvian dar
explicaciones de cómo iban ellos a conseguir los medios suficientes para lograr poner en práctica
sus promesas de mejoras sociales, cumpliendo con las normas que se han impuesto desde la CE.
Y aquí señores se encuentra el talón de Aquiles del montaje de estos “intelectuales” de Podemos,
(algunos de ellos con curriculum amañados y, otros, beneficiarios de cantidades exorbitantes
debidas a unos presuntos informes que han sido pagados por sus socios venezolanos a precio
de oro, a pesar de que el país está rondando la banca rota) Su propuesta pretende basarse en un
aumento de los impuestos para “los ricos” ¿Qué ricos, los propietarios de grandes fortunas? Estos
a la menor señal de un gobierno progresista, se largarán llevándose sus fortunas a otro país donde
los traten mejor. ¿Las grandes multinacionales? Ídem de lo mismo. Vean en Catalunya como
desde hace años muchas de las grandes sociedades ya se han deslocalizado. ¿La clase media,
los pequeños comerciantes, las profesiones liberales etc.? Estos, precisamente, son los que han
venido pagando el pato de la crisis económica. ¿Piensan lograr sacar al país de la crisis gravando el
impuesto de Sociedades o bajando el IVA? El camino hacia la quiebra soberana está dispuesto.
Si no piensan pagar la deuda pública o pedir quitas o alargar los plazos ¿cómo esperan sacar dinero
para establecer un sueldo mínimo para todos los españoles, para aumentar las contrataciones
de funcionarios, para pagar las pensiones o mantener el Instituto de la Salud tradicionalmente
deficitario o el pago de medicinas, o mantener las infraestructuras? ¿Es así, enfrentándose a la CE
como esperan conseguir inspirar confianza para que los inversores vengan a España a invertir? O,
lo que nos van a proponer va a ser ¿aspirar a un sistema político al estilo de Venezuela o Bolivia
o Ecuador o cualquiera de las repúblicas bananeras, regidas por dictadores al estilo del señor
Maduro; a los que tanto admiran y reverencias los señores Iglesias y Monedero? La ventaja es que,
a medida de que estos señores, que ahora se quejan de que se les esté investigando y se les saque
los trapos sucios, se den cuenta de que esto de jugar a salvadores de la patria supone “mojarse” y
estar expuestos a que, si no tienes un pasado limpio, a medida que pasen los días van a empezar a
salir sus secretos, algunos que puede que no les guste que se sepan, que pueden ir empañando esta
aureola de “pureza” en la que se pretenden envolver.
Y es que ir de chulos por el mundo es exponerse a que los haya que se consideren más chulos que
ellos y les puedan dar algún que otro disgusto. Lo mismo podemos decir de sus amigos de Grecia
que ahora pretenden utilizar con Bruselas la misma chulería con la que se han impuesto en Grecia.
Hasta el señor, Yanis Varufakis, flamante ministro de Finanzas griego, se ha atrevido a decir que
no reconoce a la “troika” como interlocutor. Dejemos claras las cosas. En Grecia se produjo una
situación económica catastrófica, fruto de creer que podían vivir por encima de sus posibilidades
reales; tuvieron que ir a pedir auxilio ( nadie les obligó, fueron voluntariamente) a la UE que,
después de pedirles garantías de que llevarían a cabo una reforma que hiciera viable la economía de
la nación y que se comprometieran a devolver el dinero que se les prestaba, les iban a socorrer con
sucesivas aportaciones de capital, según las etapas establecidas, siempre que los “deberes” que se
les habían impuesto se hubieran llevado a cabo.
El señor Psipras, el actual presidente de la república, ha conseguido ganar las elecciones
convenciendo al pueblo griego de que era la UE la culpable del desastre nacional y que, en
consecuencia, la deuda contraída no se iba a pagar. Ahora hablan de retrasar, de pedir quitas y de
no pagar intereses y eso, en mi tierra, son excusas de mal pagador que, evidentemente, no pueden
ser toleradas por Europa, so pena de que esta práctica se vaya extendiendo a las naciones que
también han recibido ayudas a cargo del BCE y del FMI. La mala fe de estos nuevos gobernantes
ya ha aparecido en el caso de las sanciones propuestas contra Rusia por los sucesos de Ucrania, en
las que Grecia ha amagado con ponerles el veto. Cabe la posibilidad de que intenten pedir ayuda
a la Rusia de Putin o a China en cuyo caso el tumor comunista ya habrá conseguido implantarse
en el centro de Europa. De ahí la necesidad de que las autoridades de la UE no se dejen amilanar y
se mantengan firmes para evitar el efecto contagio que podría acabar con las misma CE. O así es
como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, vemos impacientes algunos intentos de
ceder ante la chulería del señor Psipras. ¡Sería un pésimo precedente!