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Hoy la pluma el papel y yo dormiremos en camas separadas, sé que estoy perdiendo el tiempo, como se llega a perder el alba y los recuerdos desagradables, aunque tarden en marcharse. El tiempo, ese bien apreciado e irrepetible.
Hay momentos en mi vida que pasaron como un tren de alta velocidad, como el ave Madrid- Valencia, apenas recuerdo detalles de la facultad, el colegio o las clases de gimnasio... sin embargo hay momentos que viví que no puedo deshacerme de ellos, algunos me llenan de alegría y otros de rabia, impotencia y tristeza. ¿Por qué recuerdo a mi madrina cuando hace treinta años que no la veo? ¿Porqué no recuerdo lo que me pasó la última semana de trabajo?, será que tengo memoria a largo plazo, o cuestiones de cariño que tienes con un familiar y no con un compañero de labores.
Sea como sea, estas sólo son reflexiones sinceras sobre el recuerdo, particulares versiones, experiencias.
Nuestra situación actual es el resultado del desarrollo histórico de las múltiples culturas sociales universales: Antiguo Egipto, Grecia, Los incas, Los mayas, Mesopotamia, Judaísmo y cristianismo, Los aztecas, Íberos, celtas y pueblos germánicos, Roma, El islam, India, China. En todas ellas el hombre ha ocupado un lugar “señalado” por los siempre poderes fácticos.
No sé si Ana Obregón era consciente del terremoto informativo que ha originado, además de ensombrecer durante unos días, los graves problemas económicos, políticos o sociales que hoy nos agobian a los españoles. El aluvión de opiniones que se han vertido sobre su tardía maternidad subrogada, ha servido para dividir una vez más a los españoles.
Quizás cuando usted lea el presente documento el expresidente Donald Trump haya sido acusado, instruido e imputado de una larga lista de cargos confidenciales hasta el presente. Será el primer expresidente en la historia de los Estados Unidos en enfrentar cargos criminales o penales lo que demostraría que nadie está por encima de la ley.
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