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Muchas cosas están cambiando en Podemos

Que viene Podemos

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Podemos es el partido de la posmodernidad y quiere prepararse para gobernar. Después de un tiempo de echar las campanas al vuelo como unos descamisados asamblearios exigiendo no pagar la deuda pública, ahora hablan de reestructurarla, hacer una quita…

Tras alabar una estructura colegial más democrática y abierta, ahora juran que el líder carismático nos salvará de los aciagos Rajoy y Sánchez, que eso de tres patas para un banco no sostiene el banco (¡ay, los bancos!). Necesitan un líder magnánimo, como siempre. Así, suavemente se va configurando una estructura clásica que en su momento dio juego: un Alfonso Guerra Monedero y un Felipe González Iglesias… junto a otros jóvenes en ascenso como Bescansa, Errejón, Alegre y algunos advenedizos más mientras los que opinan lo contrario deben echarse a un lado: Pablo Echenique, Teresa Rodríguez, Lola Sánchez.

Muchas cosas están cambiando en Podemos. No quieren decir que son de izquierdas (todos sabemos que lo son) pero la palabra izquierda siempre ha rezumado mucha inquina (un olor a alcanfor leninista) a un sector de la ciudadanía y ellos desean centralizarse en el tablero, ser un partido transversal: urbi et orbe, que sirva igual para un barrido que para un fregado. Es una táctica esta muy antigua: los partidos de izquierdas y de derechas, cuando quieren ganar las elecciones, hacen una llamada al centro. Una cosa etérea que nadie sabe lo que es, a quien le da igual chicha que limoná, pero que funciona. Funcionó con UCD, funcionó con el PSOE cuando abandonó definitivamente a Carlos Marx, y ha funcionado con Aznar el Suave, cuando hablaba catalán en la intimidad (Rajoy habla el celta), e incluso con Zapatero, que ya desde el nacimiento venía con el traje de centro puesto.

Los líderes de Podemos han pedido a economistas solventes, los catedráticos Juan Torres López (a quien conozco desde los tiempos de Izquierda Unida en los 80) y a Vicenç Navarro, la elaboración de un programa de “asalto al cielo”. Como lo llaman ahora en Podemos.

¿Qué tendrá el cielo que todos quieren asaltarlo?

El asamblearismo 15-M de Podemos irá cediendo progresivamente a la estructura férrea de los partidos tradicionales toda vez que temen la intromisión de los intrusos, esos corruptores de menores que acaban cargándose los partidos, sean tradicionales o posmodernos… y quién sabe si al final Pablo Iglesias dejará de comprarse esas camisas posmodernas en Alcampo y lo hará en Vuitton o Versace y… si no lo remedian puede que acabe, como los buenos toreros, cortándose la coleta, cosa de jóvenes con espinillas o viejos nostálgicos.

Todo sea por el cielo, porque el cielo no puede esperar.

Que viene Podemos

Muchas cosas están cambiando en Podemos
Francisco Morales Lomas
miércoles, 22 de octubre de 2014, 07:40 h (CET)
Podemos es el partido de la posmodernidad y quiere prepararse para gobernar. Después de un tiempo de echar las campanas al vuelo como unos descamisados asamblearios exigiendo no pagar la deuda pública, ahora hablan de reestructurarla, hacer una quita…

Tras alabar una estructura colegial más democrática y abierta, ahora juran que el líder carismático nos salvará de los aciagos Rajoy y Sánchez, que eso de tres patas para un banco no sostiene el banco (¡ay, los bancos!). Necesitan un líder magnánimo, como siempre. Así, suavemente se va configurando una estructura clásica que en su momento dio juego: un Alfonso Guerra Monedero y un Felipe González Iglesias… junto a otros jóvenes en ascenso como Bescansa, Errejón, Alegre y algunos advenedizos más mientras los que opinan lo contrario deben echarse a un lado: Pablo Echenique, Teresa Rodríguez, Lola Sánchez.

Muchas cosas están cambiando en Podemos. No quieren decir que son de izquierdas (todos sabemos que lo son) pero la palabra izquierda siempre ha rezumado mucha inquina (un olor a alcanfor leninista) a un sector de la ciudadanía y ellos desean centralizarse en el tablero, ser un partido transversal: urbi et orbe, que sirva igual para un barrido que para un fregado. Es una táctica esta muy antigua: los partidos de izquierdas y de derechas, cuando quieren ganar las elecciones, hacen una llamada al centro. Una cosa etérea que nadie sabe lo que es, a quien le da igual chicha que limoná, pero que funciona. Funcionó con UCD, funcionó con el PSOE cuando abandonó definitivamente a Carlos Marx, y ha funcionado con Aznar el Suave, cuando hablaba catalán en la intimidad (Rajoy habla el celta), e incluso con Zapatero, que ya desde el nacimiento venía con el traje de centro puesto.

Los líderes de Podemos han pedido a economistas solventes, los catedráticos Juan Torres López (a quien conozco desde los tiempos de Izquierda Unida en los 80) y a Vicenç Navarro, la elaboración de un programa de “asalto al cielo”. Como lo llaman ahora en Podemos.

¿Qué tendrá el cielo que todos quieren asaltarlo?

El asamblearismo 15-M de Podemos irá cediendo progresivamente a la estructura férrea de los partidos tradicionales toda vez que temen la intromisión de los intrusos, esos corruptores de menores que acaban cargándose los partidos, sean tradicionales o posmodernos… y quién sabe si al final Pablo Iglesias dejará de comprarse esas camisas posmodernas en Alcampo y lo hará en Vuitton o Versace y… si no lo remedian puede que acabe, como los buenos toreros, cortándose la coleta, cosa de jóvenes con espinillas o viejos nostálgicos.

Todo sea por el cielo, porque el cielo no puede esperar.

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