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Baloncesto
Etiquetas | Estados Unidos | Serbia | España | Mundial de baloncesto
Los NBA se impusieron a Serbia por la vía rápida, conservando su corona de oro y sumando su quinto mundial de su historia, el segundo que consiguen en Madrid, como sucedió hace 28 años.

Estados Unidos gana el Mundial de España (129-92)

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Ficha técnica
129 – Estados Unidos Irving (26), Curry (10), Harden (23), Faried (12) y Davis (7)-quinteto inicial- Thompson (12), Rose (0), Gay (11), Derozan (10), Plumlee (1), Cousins (11) y Drummond (6).
92- Serbia: Teodosic (10), Markovic (3), Kalinic (18), Bjelica (18) y Raduljica (9) -quinteto titular- Simonovic (0), Jovic (4), Bogdanovic (15), Bircevic (0), Krstic (4), Katic (2) y Stimac (7).
Parciales: 35-21, 32-20, 38-26, 24-25.
Árbitros: Seibel (CAN), Viator (FRA) y Ryzhyk (UKR).
Incidencias: Final del campeonato del mundo de España, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 15.000 espectadores.
No hubo sorpresas. Estados Unidos se proclamó campeón del mundo de baloncesto en España. Los representantes de la NBA mantienen su corona conquistada hace cuatro años en Turquía y suman el quinto mundial de su historia. Ausente España, el adversario fue una digna Serbia. El talento y gen competitivo balcánico no alcanzó para domar a unos portentosos anotadores y defensores estadounidenses. Voraces en todas sus acciones. Los serbios se marchan de Madrid como campeones del baloncesto terrenal y con un futuro importante merced al buen hacer de un entrenador inexperto como Djordjevic. El podio lo completó Francia tras imponerse a Lituania en el encuentro de consolación.

Final exprés
Nunca sabremos si España hubiera puesto en aprietos a Estados Unidos. Nos queda esa duda para la eternidad. La resistencia de Serbia se fundió en cinco minutos. El tiempo que quiso Estados Unidos. El comienzo de los serbios fue arrollador: canasta tras canasta y defensa fuerte. Puro carácter serbio de marcar territorio. Consecuencia: 7-14. Como contra Francia. Pero enfrente estaba otro enemigo; adversario de otra galaxia. Después de un tiempo muerto con aire de reprimenda, Estados Unidos despertó en modo huracán: parcial de 15-1. El marcador pasó a un 22-15. La final tocaba a su fin antes de concluir el primer cuarto. El culpable era un inmenso Irving (15 puntos), amén de esa defensa agobiante que acabó con los serbios. El público, muy favorable siempre hacia los serbios, comprendió que también debía divertirse con el juego de los Estados Unidos.

La brecha en el marcador fue en aumento durante el segundo cuarto. Estados Unidos estaba cómodo en pista y especialmente acertado en triples: 11 de 16. Y para más poderío apareció en escena Harden, con sus 17 puntos. Serbia poco más podía hacer que maquillar su derrota, puesto que Estados Unidos alcanzó el descanso (67-41) con la presea de oro en su mano. Se había cumplido el guion establecido. Tocaba ya disfrutar con vivir una final de un Mundial de Baloncesto en España, en Madrid. Los dos siguientes cuartos no aportaron nada al resultado, más bien al espectáculo que conlleva ver en acción a jugadores de la NBA. La centena de puntos apareció en el marcador antes de concluir el tercer cuarto. Todo era ya un show NBA. Hasta Serbia se animó a dibujar acciones de NBA.

Krzyzewski, palmarés de oro
Porque éstos se habían tomado muy en serio este encuentro y este torneo. No deseaban ganar de cualquier manera. Deseaban colgarse su medalla de oro con brillantez. Lo consiguieron. Las críticas previas (debido a las deserciones de sus jugadores con mayor renombre) sirvieron, seguramente, de acicate a esta generación de jóvenes jugadores, obedientes a las tácticas de Krzyzewski. No sólo mostraron ese juego típico de NBA, sino que vencieron sus encuentros con una diferencia una diferencia media de 32,5 puntos y de forma muy autoritaria. Sin ninguna evidencia de problemas, ni mínimos. El quintero formado por Irving, Curry, Harden, Faried y Anthony Davis encauzó siempre sus encuentros, y cuando se necesitó algo más apareció la segunda unidad: Rose —volviendo a sentirse jugador tras dos años de inactividad—, DeRozan, Klay Thompson, Gay y Cousins. No sólo se llevaron una presea de oro como recompensa, sino una clasificación directa para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.

Las bases del éxito de Estados Unidos no sólo deben concentrarse en el talento de sus jugadores. La clave táctica y administración de los egos se centra en el seleccionador Krzyzewski, conocido como ‘Coach K’. Sus estadísticas son abrumadoras: ha ganado dos Mundiales (2010) y dos oros olímpicos (2008 y 2012) gracias a un asombroso balance de 74-1 (derrota en las semifinales del Mundial de Japón ante Grecia) desde que asumiera el cargo de seleccionador de estrellas NBA en octubre de 2005. Los reconocimientos también deben recaer sobre el técnico que ha devuelto a Estados Unidos al trono del baloncesto mundial. Madrid, ciudad talismán para EE.UU.

Casualmente, este éxito de Estados Unidos y Krzyzewski sucedió nuevamente en Madrid, en un abarrotado Palacio de los Deportes. Ya pasó hace exactamente 28 años. El mismo escenario con idéntico desenlace: Estados Unidos ganó el oro. La diferencia estriba en cómo se hizo. En comparación a aquella ocasión, Estados Unidos apenas encontró resistencia en Serbia como sí pasó cuando tuvo que vencer (ese equipo contaba con David Robinson como referente de una selección nada NBA) a la Unión Soviética de Sabonis (87-85). Quizá con España enfrente hubiera sucedido algo similar. O quizá no. Nunca lo sabremos. Nos quedaremos con esta duda para el resto de nuestros días. La realidad dice que Estados Unidos ganó el Mundial de España.

Estados Unidos gana el Mundial de España (129-92)

Los NBA se impusieron a Serbia por la vía rápida, conservando su corona de oro y sumando su quinto mundial de su historia, el segundo que consiguen en Madrid, como sucedió hace 28 años.
Rafael Merino
domingo, 14 de septiembre de 2014, 19:30 h (CET)
Ficha técnica
129 – Estados Unidos Irving (26), Curry (10), Harden (23), Faried (12) y Davis (7)-quinteto inicial- Thompson (12), Rose (0), Gay (11), Derozan (10), Plumlee (1), Cousins (11) y Drummond (6).
92- Serbia: Teodosic (10), Markovic (3), Kalinic (18), Bjelica (18) y Raduljica (9) -quinteto titular- Simonovic (0), Jovic (4), Bogdanovic (15), Bircevic (0), Krstic (4), Katic (2) y Stimac (7).
Parciales: 35-21, 32-20, 38-26, 24-25.
Árbitros: Seibel (CAN), Viator (FRA) y Ryzhyk (UKR).
Incidencias: Final del campeonato del mundo de España, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 15.000 espectadores.
No hubo sorpresas. Estados Unidos se proclamó campeón del mundo de baloncesto en España. Los representantes de la NBA mantienen su corona conquistada hace cuatro años en Turquía y suman el quinto mundial de su historia. Ausente España, el adversario fue una digna Serbia. El talento y gen competitivo balcánico no alcanzó para domar a unos portentosos anotadores y defensores estadounidenses. Voraces en todas sus acciones. Los serbios se marchan de Madrid como campeones del baloncesto terrenal y con un futuro importante merced al buen hacer de un entrenador inexperto como Djordjevic. El podio lo completó Francia tras imponerse a Lituania en el encuentro de consolación.

Final exprés
Nunca sabremos si España hubiera puesto en aprietos a Estados Unidos. Nos queda esa duda para la eternidad. La resistencia de Serbia se fundió en cinco minutos. El tiempo que quiso Estados Unidos. El comienzo de los serbios fue arrollador: canasta tras canasta y defensa fuerte. Puro carácter serbio de marcar territorio. Consecuencia: 7-14. Como contra Francia. Pero enfrente estaba otro enemigo; adversario de otra galaxia. Después de un tiempo muerto con aire de reprimenda, Estados Unidos despertó en modo huracán: parcial de 15-1. El marcador pasó a un 22-15. La final tocaba a su fin antes de concluir el primer cuarto. El culpable era un inmenso Irving (15 puntos), amén de esa defensa agobiante que acabó con los serbios. El público, muy favorable siempre hacia los serbios, comprendió que también debía divertirse con el juego de los Estados Unidos.

La brecha en el marcador fue en aumento durante el segundo cuarto. Estados Unidos estaba cómodo en pista y especialmente acertado en triples: 11 de 16. Y para más poderío apareció en escena Harden, con sus 17 puntos. Serbia poco más podía hacer que maquillar su derrota, puesto que Estados Unidos alcanzó el descanso (67-41) con la presea de oro en su mano. Se había cumplido el guion establecido. Tocaba ya disfrutar con vivir una final de un Mundial de Baloncesto en España, en Madrid. Los dos siguientes cuartos no aportaron nada al resultado, más bien al espectáculo que conlleva ver en acción a jugadores de la NBA. La centena de puntos apareció en el marcador antes de concluir el tercer cuarto. Todo era ya un show NBA. Hasta Serbia se animó a dibujar acciones de NBA.

Krzyzewski, palmarés de oro
Porque éstos se habían tomado muy en serio este encuentro y este torneo. No deseaban ganar de cualquier manera. Deseaban colgarse su medalla de oro con brillantez. Lo consiguieron. Las críticas previas (debido a las deserciones de sus jugadores con mayor renombre) sirvieron, seguramente, de acicate a esta generación de jóvenes jugadores, obedientes a las tácticas de Krzyzewski. No sólo mostraron ese juego típico de NBA, sino que vencieron sus encuentros con una diferencia una diferencia media de 32,5 puntos y de forma muy autoritaria. Sin ninguna evidencia de problemas, ni mínimos. El quintero formado por Irving, Curry, Harden, Faried y Anthony Davis encauzó siempre sus encuentros, y cuando se necesitó algo más apareció la segunda unidad: Rose —volviendo a sentirse jugador tras dos años de inactividad—, DeRozan, Klay Thompson, Gay y Cousins. No sólo se llevaron una presea de oro como recompensa, sino una clasificación directa para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.

Las bases del éxito de Estados Unidos no sólo deben concentrarse en el talento de sus jugadores. La clave táctica y administración de los egos se centra en el seleccionador Krzyzewski, conocido como ‘Coach K’. Sus estadísticas son abrumadoras: ha ganado dos Mundiales (2010) y dos oros olímpicos (2008 y 2012) gracias a un asombroso balance de 74-1 (derrota en las semifinales del Mundial de Japón ante Grecia) desde que asumiera el cargo de seleccionador de estrellas NBA en octubre de 2005. Los reconocimientos también deben recaer sobre el técnico que ha devuelto a Estados Unidos al trono del baloncesto mundial. Madrid, ciudad talismán para EE.UU.

Casualmente, este éxito de Estados Unidos y Krzyzewski sucedió nuevamente en Madrid, en un abarrotado Palacio de los Deportes. Ya pasó hace exactamente 28 años. El mismo escenario con idéntico desenlace: Estados Unidos ganó el oro. La diferencia estriba en cómo se hizo. En comparación a aquella ocasión, Estados Unidos apenas encontró resistencia en Serbia como sí pasó cuando tuvo que vencer (ese equipo contaba con David Robinson como referente de una selección nada NBA) a la Unión Soviética de Sabonis (87-85). Quizá con España enfrente hubiera sucedido algo similar. O quizá no. Nunca lo sabremos. Nos quedaremos con esta duda para el resto de nuestros días. La realidad dice que Estados Unidos ganó el Mundial de España.

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