Gaspar Llamazares, además de un mal político que en sus tiempos de
Coordinador de Izquierda Unida dejó a esta coalición con una representación de dos
diputados -él y otro-, es médico de profesión aunque no sé si ha ejercido como tal y,
como buen comunista, realizó una Máster de Salud Pública en la Cuba del eterno Fidel
y su dulce hermano Rául.
En la actualidad, cómo no, sigue calentando un escaño en el Congreso de los
Diputados y es asiduo a algunas tertulias radiofónicas o televisivas por las que cobra
unos dividendos, exactamente que un servidor lo hacía en Canal Sur Radio hace un
porrón de años cuando compartía palabras con Carlos Carnicero, Javier Pérez Royo y
otros y otras más.
También es Jefe Supremo de “Izquierda Abierta”, partido cuyos miembros
caben en un microbús y que está adscrito a Izquierda Unida, aunque, dicho sea de paso,
se encuentra haciendo pinitos con los adversarios de Joaquín Sabina, a saber: la
partida de Pablo Iglesias que, ya saben, lleva por nombre “Podemos”.
Los señores y señoras de “Izquierda Abierta” andan cabreados con los y las de
Izquierda Unida de la Andalucía de Susana, oh Susana la mujer que seguía a Jesús de
Nazaret, porque la tribu de don Diego y Maíllo se niega a solicitar un pleno para
discutir o echar un rato sobre los EREs fraudulentos, los cursos de formación y la
presunta exoneración de las cantidades de euros del primo del consejero Luciano
Alonso, el hombre que según unos antiguos míos solicitó mi cabeza con Presidente de
la Asociación Colegial de Escritores de Andalucía porque un servidor era crítico, o
cítrico, con algunas actuaciones de los hijos de Griñan y Chaves, chorla que le fue
concedida aunque yo creo que Luciano jamás pidió el lugar donde se sujeta mi coletilla,
sino que fue una artimaña urdida para que otro u otra, siempre mandará la otra, ajustara
el pelotilleo con el puto poder.
Pues bien, el doctor Llamazares ha enviado a través de las redes sociales un
mensaje en el que el médico-diputado afirma que: “el Ébola ha sido una operación de
marketing humanitario del gobierno que evidencia las flaquezas de la salud pública”;
parte del personal español le ha armado la marimorena, y ha rectificado enviando otra
misiva en la que afirma: “el Ébola es una realidad de consecuencias trágicas. La
gestión del gobierno español ha sido puro marketing”.
Cuando un profesional de la medicina confunde churras con merinas, salud con
política de caspa, debe dimitir; pero en este país que padecemos el diagnóstico médico
político del doctor Llamazares ha pasado desapercibido o al menos esa es mi sensación.
Lo único que tengo claro es que jamás me pondría médicamente “en manos” de
tal inútil galeno.