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“No vamos a dar la información del ayuntamiento en las dos lenguas oficiales. Estamos en Barcelona, que es la capital de la catalanidad”. Me indignan las palabras de Xavier Trias. Por ejemplo, si uno va a Bruselas puede comprobar cómo se respetan las dos lenguas oficiales, con señales de tráfico, impresos y folletos en flamenco y en francés. Sin embargo, el nacionalismo catalán nunca ha asumido ni respetado la pluralidad lingüística de Cataluña.
Para ellos sólo hay una lengua, la suya. Lo demuestran en el modelo uniformizador de monolingüismo en las escuelas; en las multas lingüísticas a quien no rotula en catalán o en la imposibilidad de encontrar información en las dos lenguas oficiales. Eso sí, exigen “respeto a la pluralidad lingüística” cuando van a Madrid. ¡Cuánto cinismo!
Un 6 de mayo de 1931, se inició una controversia en Washington entre el representante diplomático paraguayo Pablo Max, y el boliviano Enrique Finot. La controversia era derivación de la llegada a Paraguay de dos cañoneras gemelas para fortalecer su Armada, procedentes de Génova, Italia.
Las protestas estudiantiles pro-palestinas en Estados Unidos, ¿harán caer la postura de Washington en la tierra de Israel-Palestina? Sin duda, puede influir en la no reelección de Biden, y en la política de Oriente próximo. Fruto de las acciones internacionales, Joe Biden y Estados Unidos aumenta la presión sobre su aliado Benjamin Netanyahu: ellos son los actores principales de esa tensión que se está produciendo.
Desde sus orígenes, los usuarios del poder, para reforzar su papel dominante, han acudido a la doctrina. Su efectividad ha quedado debidamente acreditada a lo largo de la historia. De tal manera que no ha habido poder duradero sin que intervenga la doctrina, aportando ese matiz legitimador que la caracteriza.
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