Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | La tronera

LOE: letra y espíritu LOGSE

Jesús Salamanca
Jesús  Salamanca
miércoles, 8 de noviembre de 2006, 23:57 h (CET)
La educación debe ser un asunto de Estado y no verse sometida a los vaivenes políticos. Toda reforma que se precie debe tener en cuenta la estabilidad del sistema educativo, sin utilizar la escuela como confrontación ideológica.

Las promesas electorales de Zapatero quedaron en entredicho durante la reunión con la plataforma contraria a la LOE. Nunca hubo voluntad de negociar. Se perdió una nueva oportunidad y, lo que es más grave, siguen sin reformarse aspectos importantes del sistema educativo que también el Partido Popular dejó escapar en la LOCE.

La ex ministra San Segundo pudo comprobar que la comunidad educativa le dio la espalda. El pacto social por la educación parece que es imposible en este país, por lo que estamos ante una ley que no garantiza la estabilidad del sistema educativo. La unilateralidad ha sido la fórmula elegida por el Gobierno. El engaño ha vuelto a ponerse de manifiesto y se parece que hemos regresado a los tiempos del ministro Maravall Herrero. Toda la calidad de la nueva ley parece ceñirse a la diversificación y a los desdobles.

La LOE no resuelve muchos de los problemas creados por la LOGSE; lo que quiere decir que el informe PISA volverá a vapulear el sistema educativo español. La última vez que se refirió al mismo, su informe fue contundente, al incidir en que la ley socialista de 1990 supuso una regresión, a la vez que llevó a nefastos resultados a nuestros estudiantes.

Venimos anunciando desde hace tiempo que el parcheo no conduce a ninguna parte. La LOE ha llegado a destiempo y ya es preciso modificar la misma. En lo que sí parece que estamos de acuerdo es en que la LOE es decepcionante por su mediocridad y por la falta de medidas innovadoras. El Gobierno socialista no ha sido capaz de plantear una alternativa moderna y eficaz. No aporta soluciones al sistema educativo, ni concreta mejoras para los profesionales de la educación. Estamos hablando de una ley regresiva e injusta con los más desfavorecidos. Nos aleja de Europa y aumenta las desigualdades territoriales. No potencia el esfuerzo y premia la dejadez al permitir la promoción con tantos suspensos.

Se ha podido comprobar que no existía una intención seria de dialogar; comprobamos que era una estrategia, una más, del escurridizo Pérez Rubalcaba para ganar tiempo y seguir en su línea de política cicatera y cuartelera. Nuestra sociedad cada vez tiene más claro que, con la izquierda en el poder, la enseñanza pública está condenada al fracaso. El discurso siempre suele ser el mismo. La prueba es que los indicadores reflejan muy malos resultados, malestar entre los docentes, aumento del nivel de violencia en los centros, pasotismo en buena parte del alumnado (objetores escolares), desidia de buena parte de la Administración educativa periférica y enfrentamiento entre administraciones. En algún sitio hemos leído que la LOGSE -- obra exclusiva del socialismo refrendada por los sectores afines y puesta en marcha tras un falso debate -- es la peor ley educativa que ha tenido Europa en el siglo XX y, al compararla con la LOE, comprobamos que ésta recupera el espíritu y la letra de la ley anterior.

Frente a lo que se viene repitiendo desde las filas socialistas, la LOCE ha sido la ley más apoyada por la sociedad desde la publicación de la LODE en 1985. Daba respuesta a muchos problemas; no obstante, tampoco hay que brindar por su calidad, pues a pesar de los aspectos positivos que tenía la Ley de Calidad de la Educación hemos de reconocer que había cuestiones plagiadas de la LOGSE, lo que convertía una parte de su articulado en un fraude social. Lo que nunca entenderemos es el motivo por el que el Gobierno y sus acólitos apoyan una ley denostada por la sociedad.

Noticias relacionadas

Es fácil haber oído últimamente que “Málaga está de moda”. Y es cierto que, en los últimos años, el número de visitantes se ha disparado. Pero no es un caso aislado: lo mismo ocurre en ciudades como Venecia, Lisboa o Londres, donde el turismo ha crecido tanto que complica la vida de sus habitantes.

Schopenhauer decía que el ser humano es un animal metafísico, condenado a interrogarse por el sentido de su existencia. Incluso en medio de la rutina, la prisa y el cansancio, late en lo más hondo la pregunta por aquello que trasciende lo inmediato. Esa sed de sentido es la que nos empuja a buscar algo más allá.

La reciente visita del BAP Unión, el buque escuela más grande de Latinoamérica, a Londres, nos impulsa a escribir esta nota acerca de las fructíferas relaciones peruano-británicas. Inglaterra y Perú comparten el tener una bandera nacional blanqui-roja. Mientras la primera fue la sede del mayor imperio oriundo del hemisferio norte, la segunda lo fue del mayor imperio originario del hemisferio sur (incario). 

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto