| ||||||||||||||||||||||
| ||||||||||||||||||||||
|
|
Me gusta viajar, es algo maravilloso, el día tres de febrero voy a Castellón, son diez horas de viaje en autobús, pero creo que merecerá la pena… No sé que habrá allí, pero allá voy. Cuatro días para recorrerse la zona, preciosa, compensa, por eso voy, viajo por 180 euros de costo. Irá mucha gente mayor, de más de 60 años, yo tengo 32, pero no me importa.
Hacia allí iré toda contenta, que de los viejos se aprende más que de los jóvenes. Los de mi edad aún no tienen la cabeza suficiente como para convertirse en mis maestros. Yo tampoco les doy clases. Yo sólo quiero ir por la vida sin problemas en la mochila… sin criticar ni ser criticada. Así quiero ser y así soy.
Vida, vida, que desesperada vas corriendo por los caminos en los que todos nos vemos las caras y el color de nuestros ojos. Vida, vida que te creí maravillosa y no fue más que un tormento cierto. Vida, vida, que te has reído de mí, de mis esperanzas de ser feliz. Vida, que no me enseñaste lo que es el amor y ahora tampoco me importa. Vida, vida, que no sé ya si tener esperanzas o si dejarlas correr río abajo para que se me mueran en el mar.
Vida, que eres tú quien nos enseñas lo que es dolor, lágrimas, risas, lamentos, muerte en vida.
Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".
Algo ocurre con la salud de las democracias en el mundo. Hasta hace pocas décadas, el prestigio de las democracias establecía límites políticos y éticos y articulaba las formas de convivencia entre estados y entre los propios sujetos. Reglas comunes que adquirían vigencia por imperio de lo consuetudinario y de los grandes edificios jurídicos y filosófico político y que se valoraban positivamente en todo el mundo, al que denominábamos presuntuosamente “libre”.
Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.
|