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El Barça, campeón de invierno

La Liga se hace la estrecha (0-0)

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Ficha técnica
0-Atlético de Madrid: Courtois (3); Juanfran (3), Miranda (2), Godín (2), Filipe (2); Gabi (2), Tiago (2); Koke (2), Arda Turan (3); Diego Costa (2), Villa (1).

0-Barcelona: Valdés (3); Dani Alves (2), Mascherano (2), Piqué (2), Jordi Alba (2); Xavi (2), Busquets (1), Iniesta (1); Pedro (2), Cesc (2), Alexis (1).

Cambios: En el Atlético de Madrid, Raúl García (1) por Villa (min.76), y Cebolla (1) por Tiago (min.82); y en el Barcelona Messi (1) por Iniesta (min.45), Neymar (1) por Alexis (min.66) y Sergi Roberto (1) por Pedro (min.81).

Árbitro: Mateu Lahoz (colegio valenciano) (2). En los locales amonestó con cartulina amarilla a Gabi (43’) y Godín (46’) y en los visitantes a Jordi Alba (55’), Mascherano (71’) y Dani Alves (82’).

Incidencias: 56.000 espectadores en el estadio Vicente Calderón, lleno absoluto. Terreno de juego en buenas condiciones. Partido de Liga correspondiente a la décimonovena jornada.

Datos destacables
Lo mejor: Arda Turan
El turco es un futbolista diferente. Guió a su equipo en el ataque y solo le faltó dar el pase del gol. Le sobra talento.

Lo peor: pobre espectáculo
El duelo fue malo, sin goles entre dos equipos acostumbrados a resultados abultados en los últimos tiempos.

El dato: 50 puntos
Atlético y Barcelona cierran la primera vuelta con 50 puntos, líderes, pero el club catalán es campeón de invierno por golaverage.
Daniel Sanabria / Enviado al Vicente Calderón 

El resultado no fue bueno, ni malo, ni todo lo contrario. Ni para el Barcelona ni para el Atlético. Eso sí, pudo haber sido peor para los dos. Como firmando un pacto de no agresión, los líderes del campeonato se respetaron más de lo debido. Eso, o que no dieron para más. El Atlético jugó por oleadas, un rato adelante y otro atrás. Y el Barça jugó a algo difícil de identificar, sin Messi y con él. En definitiva, a algo que no sabe. 

El encuentro era aburrido, casi soporífero. El Atlético empezó con esa tensión que le caracteriza, presionando con las líneas arriba, ahogando al rival hasta dejarlo sin espacio para mover el balón. Y ese problema, para el Barça, es mucho problema. El equipo del Tata demostró ser frágil sin la pelota. El esférico no corría, corrían los futbolistas. Pedro el que más, único en las filas azulgranas dispuesto a plantar cara al Atleti como si fuera el Elche (con perdón). Pero no fue suficiente. 

El balance de disparos a portería en el primer tiempo lo dice todo: dos. Uno de Piqué desde veinticinco metros y otro blandito de Diego Costa. El brasileño fue un incordio permanente para la zaga azulgrana. Se las vio con todos, y a punto estuvo de abrir el marcador tras un saque de esquina. El Barça sufrió a balón parado, mucho, muchísimo. Cada corner era una ocasión manifiesta de gol para los rojiblancos, que movía sus torres en busca del remate perfecto. Tampoco llegó así. 

Iniesta, que no se encontró y terminó lesionado, era el único que movía al Barcelona en la medular. Un buen centro suyo fue rematado por Pedro por encima del larguero. Alexis estuvo ausente, como Villa en el Atlético. Fue un partido donde lucieron más las defensas, muy sólidas en ambos lados. 

Antes de que el partido se pusiera tonto, Tata Martino sacó a Messi. No dio pistas al Atlético, salió sin avisar, desde el vestuario, con 45 minutos por delante. Al rato lo hizo Neymar, muy voluntarioso, pero falto de ritmo. Ninguno fue capaz siquiera de poner en aprietos a Courtois, cuya única preocupación fue rechazar un disparo raso del argentino. Poca cosa para el gigante belga. 

Ya con todas las cartas sobre la mesa, el partido tomó otra dimensión. El Atlético cada vez se veía con más opciones, y arropado por el calor de 50.000 enfervorecidos, se vino arriba. Y por el talento de Arda Turan, un futbolista capaz de jugar al fútbol sobre un botón. El turco es pura magia con el balón en los pies. Asistió a Diego Costa, pero el ariete la cruzó demasiado. Aun así, el Atlético había enviado su mensaje: no nos asustamos, vamos a por la victoria. 

Cumplida la hora de encuentro, un harakiri transitorio del Barcelona terminó por despertar a los madrileños. El duelo se convirtió entonces en un toma y daca donde el miedo a no perder empezó a ganar terreno. Demasiado. El Atlético lo intentaba con el corazón y el Barcelona con la cabeza, pero ninguno de esos caminos era el correcto. El empate a cero se agrandaba en el marcador mientras el tiempo se consumía. Las tablas finales hacen justicia a lo sucedido. Ninguno supo ganar. Lo hizo el Real Madrid, que mañana puede recortar dos puntos a cada uno.

La Liga se hace la estrecha (0-0)

El Barça, campeón de invierno
Daniel Sanabria
sábado, 11 de enero de 2014, 22:18 h (CET)
Ficha técnica
0-Atlético de Madrid: Courtois (3); Juanfran (3), Miranda (2), Godín (2), Filipe (2); Gabi (2), Tiago (2); Koke (2), Arda Turan (3); Diego Costa (2), Villa (1).

0-Barcelona: Valdés (3); Dani Alves (2), Mascherano (2), Piqué (2), Jordi Alba (2); Xavi (2), Busquets (1), Iniesta (1); Pedro (2), Cesc (2), Alexis (1).

Cambios: En el Atlético de Madrid, Raúl García (1) por Villa (min.76), y Cebolla (1) por Tiago (min.82); y en el Barcelona Messi (1) por Iniesta (min.45), Neymar (1) por Alexis (min.66) y Sergi Roberto (1) por Pedro (min.81).

Árbitro: Mateu Lahoz (colegio valenciano) (2). En los locales amonestó con cartulina amarilla a Gabi (43’) y Godín (46’) y en los visitantes a Jordi Alba (55’), Mascherano (71’) y Dani Alves (82’).

Incidencias: 56.000 espectadores en el estadio Vicente Calderón, lleno absoluto. Terreno de juego en buenas condiciones. Partido de Liga correspondiente a la décimonovena jornada.

Datos destacables
Lo mejor: Arda Turan
El turco es un futbolista diferente. Guió a su equipo en el ataque y solo le faltó dar el pase del gol. Le sobra talento.

Lo peor: pobre espectáculo
El duelo fue malo, sin goles entre dos equipos acostumbrados a resultados abultados en los últimos tiempos.

El dato: 50 puntos
Atlético y Barcelona cierran la primera vuelta con 50 puntos, líderes, pero el club catalán es campeón de invierno por golaverage.
Daniel Sanabria / Enviado al Vicente Calderón 

El resultado no fue bueno, ni malo, ni todo lo contrario. Ni para el Barcelona ni para el Atlético. Eso sí, pudo haber sido peor para los dos. Como firmando un pacto de no agresión, los líderes del campeonato se respetaron más de lo debido. Eso, o que no dieron para más. El Atlético jugó por oleadas, un rato adelante y otro atrás. Y el Barça jugó a algo difícil de identificar, sin Messi y con él. En definitiva, a algo que no sabe. 

El encuentro era aburrido, casi soporífero. El Atlético empezó con esa tensión que le caracteriza, presionando con las líneas arriba, ahogando al rival hasta dejarlo sin espacio para mover el balón. Y ese problema, para el Barça, es mucho problema. El equipo del Tata demostró ser frágil sin la pelota. El esférico no corría, corrían los futbolistas. Pedro el que más, único en las filas azulgranas dispuesto a plantar cara al Atleti como si fuera el Elche (con perdón). Pero no fue suficiente. 

El balance de disparos a portería en el primer tiempo lo dice todo: dos. Uno de Piqué desde veinticinco metros y otro blandito de Diego Costa. El brasileño fue un incordio permanente para la zaga azulgrana. Se las vio con todos, y a punto estuvo de abrir el marcador tras un saque de esquina. El Barça sufrió a balón parado, mucho, muchísimo. Cada corner era una ocasión manifiesta de gol para los rojiblancos, que movía sus torres en busca del remate perfecto. Tampoco llegó así. 

Iniesta, que no se encontró y terminó lesionado, era el único que movía al Barcelona en la medular. Un buen centro suyo fue rematado por Pedro por encima del larguero. Alexis estuvo ausente, como Villa en el Atlético. Fue un partido donde lucieron más las defensas, muy sólidas en ambos lados. 

Antes de que el partido se pusiera tonto, Tata Martino sacó a Messi. No dio pistas al Atlético, salió sin avisar, desde el vestuario, con 45 minutos por delante. Al rato lo hizo Neymar, muy voluntarioso, pero falto de ritmo. Ninguno fue capaz siquiera de poner en aprietos a Courtois, cuya única preocupación fue rechazar un disparo raso del argentino. Poca cosa para el gigante belga. 

Ya con todas las cartas sobre la mesa, el partido tomó otra dimensión. El Atlético cada vez se veía con más opciones, y arropado por el calor de 50.000 enfervorecidos, se vino arriba. Y por el talento de Arda Turan, un futbolista capaz de jugar al fútbol sobre un botón. El turco es pura magia con el balón en los pies. Asistió a Diego Costa, pero el ariete la cruzó demasiado. Aun así, el Atlético había enviado su mensaje: no nos asustamos, vamos a por la victoria. 

Cumplida la hora de encuentro, un harakiri transitorio del Barcelona terminó por despertar a los madrileños. El duelo se convirtió entonces en un toma y daca donde el miedo a no perder empezó a ganar terreno. Demasiado. El Atlético lo intentaba con el corazón y el Barcelona con la cabeza, pero ninguno de esos caminos era el correcto. El empate a cero se agrandaba en el marcador mientras el tiempo se consumía. Las tablas finales hacen justicia a lo sucedido. Ninguno supo ganar. Lo hizo el Real Madrid, que mañana puede recortar dos puntos a cada uno.

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