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El sobrepeso aumenta las probabilidades de sufrir depresión | |||
La dieta mediterránea puede reducir el porcentaje de riesgo de depresión entre un 40% y un 50% | |||
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La depresión es un trastorno mental que padecen más de 350 millones de personas en todo el mundo, las estadísticas señalan que los obesos tienen un 55% más de posibilidades de sufrir depresión. Es una enfermedad que altera el equilibrio personal con graves consecuencias, despiadada y silenciosa enfermedad. Los depresivos también corren el riesgo de padecer obesidad, aumenta un 58%, ya que la mayoría de ellos sienten una ansiedad irreductible. Esta ansiedad les obliga a comer compulsivamente, convirtiéndose en adictos a la comida y entrando en una rueda infernal de difícil salida. Según la Organización Mundial de la Salud se dispone de los datos en números, para conocer la expansión de estas terribles enfermedades. Por ello, miembros de la sociedad resaltan la importancia de la buena nutrición como factor de prevención de la depresión y mejora de la educación de hábitos alimentarios. La psicoterapia apropiada para las personas obesas depresivas se centra en aprender pautas alimenticias, en la mejora de la autoestima motivándolas a reducir peso, el desarrollo de habilidades sociales, y el fomento de pautas para hacer deporte. Dejando al margen otros aspectos del tratamiento médico como los antidepresivos, como la sertralina. Por eso, recomiendan la dieta mediterránea caracterizada por estar basada por un lado, en la ingesta diaria de verduras, hortalizas, legumbres, fruta, pan, pasta, frutos secos, aceite de oliva y por otro en el consumo alterno y esporádico de pescado, carnes rojas, marisco, aves de corral, productos lácteos y huevos, penalizando el consumo de bollería. Siendo una de las dietas conocidas más saludables. Un estudio dirigido por el doctor Martínez González demostró que la dieta mediterránea puede reducir el porcentaje de riesgo de depresión entre un 40% y un 50%, porque el trastorno depresivo puede conducir a hábitos dietéticos monótonos y menos variados, derivando en el sobrepeso. |
El calor extremo, la deshidratación y el exceso de actividad física pueden pasar factura a músculos y articulaciones durante el verano en personas activas o que retoman el ejercicio en vacaciones. Además, una hidratación adecuada es esencial para mantener la integridad estructural de las articulaciones, ya que la deshidratación puede provocar un aumento de la rigidez y una reducción de la flexibilidad de los tejidos conjuntivos, aumentando el riesgo de lesiones.
Las cálidas aguas del verano nos invitan a disfrutar de la playa y el mar, pero con la subida de las temperaturas, una amenaza silenciosa emerge en nuestras costas: las medusas. Estos enigmáticos animales marinos, bellos y transparentes, se convierten en la pesadilla de muchos bañistas, causando picaduras que pueden arruinar un día de vacaciones. La prevención y saber cómo actuar es crucial para minimizar los riesgos y disfrutar del verano sin sobresaltos.
El aumento de la exposición durante el verano a factores externos como el sol, el cloro, el aire acondicionado o el polen provocan un incremento de las consultas relacionadas con problemas oculares. En este sentido, se aprecia un repunte en casos de conjuntivitis, queratitis, síndrome de ojo seco y traumatismos oculares durante estos meses. Afecciones que, de no ser tratadas correctamente y a tiempo, pueden derivar en complicaciones importantes.
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