El Laboral Kutxa no falló en el estreno de la Euroliga con una trabajada victoria (84-80) ante el Maccabi Electra en el Fernando Buesa Arena sentenciada en los minutos finales con cabeza y acierto, y que da moral a los de Sergio Scariolo después de un dubitativo comienzo de temporada.

Sabedores de la importancia de comenzar con buen pie y más en casa, la nueva aventura del técnico italiano al frente de los de Vitoria no vaciló y, pese a momentos de apuro, un buen ejercicio de equipo fue capaz de levantar la victoria ante ciertas imprecisiones propias del inicio de la temporada y de un rival de nivel. Un triunfo en el Grupo D que permite levantar cabeza tras caer en la Supercopa ante el Barcelona y el pasado fin de semana en casa ante el Herbalife Gran Canaria en la primera jornada de la Liga Endesa.

Desde el primer cuarto los locales fabricaron buenas transiciones y ejercieron una buena presión defensiva al rival. Aún así, en los primeros minutos, los de David Blatt encontraron los pasillos en la zona vasca de la mano de Rice. Detectado el problema, el Laboral Kutxa cortó el grifo y obligó a su rival al tiro exterior.

La falta de acierto de los israelíes y el dominio del rebote por parte de los vascos, con cuatro para San Emeterio en los primeros 10 minutos, permitió a los de Scariolo mantener el dominio en el marcador. El francés Causeur se encargó de iniciar buenas y rápidas transiciones que terminaron con ventaja para los locales al final del primer cuarto (24-18).

El intercambio de golpes continuó antes del descanso. Esta vez, Hickman guió al Maccabi en un intento de alcanzar la tensión demostrada por los locales. El conjunto visitante parecía dispuesto a dar un poso al frente, pero pronto se vio superado de nuevo por la buena defensa local y la rapidez en la transición. Los de Scariolo provocaban pérdidas en su rival y alcanzaban la máxima diferencia en el marcador (34-25).

Maccabi seguía obligado al tiro exterior, con un Schortsanitis desaparecido, y seguía también con poco acierto. En el lado del Laboral Kutxa, Pleiss, Hamilton y San Emeterio, en forma de dos triples uno sobre la bocina, destacaban dentro del buen juego de conjunto de los locales en la primera mitad (48-38).

El paso por los vestuarios no sentó bien a los de Scariolo y sí a los de Blatt. Los vitorianos bajaron los brazos en defensa y los visitantes igualaron el partido a base de mejorar sus números en el tiro exterior y en rebote. Los huecos comenzaron a aparecer en lo que había sido un bloque seguro en la primera mitad y el Maccabi, con Ingles y Hickman desatados y Ohayon haciendo de Rice, encontró el camino para meterse de lleno en el partido antes del último cuarto (62-61).

Los últimos minutos dejaron ver las imprecisiones propias de los inicios de la temporada y la tensión por comenzar con buen pie. Entre los nervios por cerrar la primera victoria de la competición destacaron Hamilton, cerrando un gran partido con la última canasta, y Heurtel, que con nueve puntos en los últimos minutos resultó clave para dejar la victoria en casa en este 23º encuentro entre ambos equipos, curiosamente el que rompe la igualdad 12-11 en favor del Baskonia.