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La imagen de Marruecos en los medios españoles está marcada por algunos estereotipos

La prensa está invitada a cooperar

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Marruecos y España son dos países vecinos, les unen unos lazos muy arraigados en la historia. Sin embargo, percibimos que la imagen de Marruecos en la prensa española está marcada por algunos estereotipos difundidos a diario en los artículos de prensa. Lo que hace que la imagen del marroquí esté singularizada por todo lo contraproducente.

Son numerosos los estudios españoles que hablan de este tema por su carácter revelador. Por el contrario, pocas son las investigaciones realizadas en Marruecos sobre la imagen del español en la prensa marroquí. Todo aquello deja denotar que el Reino Marroquí sustenta y promueve la pacificación y la convivencia, en lo referente a los temas de idiosincrasia polémica.

Estos estereotipos que emergen de vez en cuando en la prensa española se remontan a acontecimientos muy marcados en la historia de ambos países, y que eran principalmente: la expulsión de los Moriscos y la toma de Ceuta y Melilla en el siglo XV, pasando por la Guerra del Rif, hasta llegar a la ocupación del Sahara, a la que España contribuye con su ayuda directa o indirecta al Frente de Polisario y al país de Argelia. Sin perder de vista el incidente de Perejil que, a su vez, provocó nuevos problemas y prejuicios. Por eso, el marroquí ofusca negativamente la mentalidad del español, y lo considera como un enemigo histórico. No obstante, el ciudadano de Marruecos ve al español como invasor y ocupante de su tierra hasta el día de hoy. Pero, esa imagen empieza a desaparecer poco a poco, gracias a la reconciliación con el horroroso pasado y el fomento del contacto directo a través de coloquios, conferencias, debates… en los que se abordan temas de interés común para las dos orillas, lejos de indagar en la historia cargada de conflictos y discordias.

De esta forma, nosotros los marroquíes nos despreocupamos de esta terminología de colonización, odio e irritación. Pese a todo ello, da pena ver cómo nuestros responsables no se molestan en hacer algo para cambiar y acabar con aquella falsa imagen que ha tenido y sigue teniendo el español sobre el marroquí. Al no ser porque Marruecos evita tratar temas polémicos susceptibles de derramar mucha tinta. Por tanto, nuestro país opta por una diplomacia lejana de tocar asuntos de mayor sensibilidad o de acercarse a la verdadera imagen recíproca. Pese a todo ello, la prensa española evoca siempre la incomprensión, los mal entendimientos y los desafíos…y todo lo que es negro, como si a los dos pueblos no les uniesen intereses comunes. De hecho, es una guerra mediática que va a perdurar para mucho tiempo porque está, prácticamente, ligada a unos trasfondos ideológicos e intereses económicos.

Al marroquí no le llegan noticias informativas sobre España, y las que le llegan son negativas con un retoque más intensivo por parte de la prensa española. Yo como traductor, y en mi calidad de intermediario entre las dos culturas, reconozco que a veces me veo incapacitado para luchar contra la percepción postulada que ve que los siglos pasan, pero los estereotipos siguen flotando allí en el cielo de las relaciones hispano-marroquíes. Y como seguidor de la prensa española, he llegado a la conclusión de que, una gran parte de los asuntos abordados por esta última, giran alrededor de temas tales como: la inmigración, el terrorismo, las drogas, el asesinato, Ceuta y Melilla, El Sáhara, etc. Sin olvidar, claro está, otro tema que ahora está de moda, que radica en las campañas de proselitismo. Todo esto se está haciendo en detrimento de la difusión de artículos relacionados con el comercio y la vecindad, o, hasta incluso, sobre asuntos relacionados con la vida cultural e intelectual del vecino del sur. Cabe mencionar que los llamado los liberales de la pluma, residentes tanto en España como en Marruecos con un retoque menor, cuidan más los detalles sobre hechos dramáticos o polémicos.

La prensa, al ser calificada como profesión digna, lo normal sería que difundiera una muy buena imagen sobre su vecino del Sur. Este es el único camino capaz de llevarnos a la instauración de una sociedad marcada por el diálogo, la convivencia y el acercamiento en todos los ámbitos de la vida. A modo de conclusión, se puede decir que la prensa marroquí mantiene una postura más o menos respetuosa en cuanto a los asuntos referentes a la política española. Pero, desgraciadamente, la prensa española, en cambio, tiende a transmitir una imagen que perjudica gravemente las relaciones hispano-marroquíes. Lo cual constituye un verdadero obstáculo para el progreso esperado y muy deseado tanto por los dos pueblos como por los dirigentes de ambos países que por muchas razones están “condenados” a entenderse.

La prensa está invitada a cooperar

La imagen de Marruecos en los medios españoles está marcada por algunos estereotipos
Khaldi Mellouk
martes, 20 de agosto de 2013, 11:33 h (CET)
Marruecos y España son dos países vecinos, les unen unos lazos muy arraigados en la historia. Sin embargo, percibimos que la imagen de Marruecos en la prensa española está marcada por algunos estereotipos difundidos a diario en los artículos de prensa. Lo que hace que la imagen del marroquí esté singularizada por todo lo contraproducente.

Son numerosos los estudios españoles que hablan de este tema por su carácter revelador. Por el contrario, pocas son las investigaciones realizadas en Marruecos sobre la imagen del español en la prensa marroquí. Todo aquello deja denotar que el Reino Marroquí sustenta y promueve la pacificación y la convivencia, en lo referente a los temas de idiosincrasia polémica.

Estos estereotipos que emergen de vez en cuando en la prensa española se remontan a acontecimientos muy marcados en la historia de ambos países, y que eran principalmente: la expulsión de los Moriscos y la toma de Ceuta y Melilla en el siglo XV, pasando por la Guerra del Rif, hasta llegar a la ocupación del Sahara, a la que España contribuye con su ayuda directa o indirecta al Frente de Polisario y al país de Argelia. Sin perder de vista el incidente de Perejil que, a su vez, provocó nuevos problemas y prejuicios. Por eso, el marroquí ofusca negativamente la mentalidad del español, y lo considera como un enemigo histórico. No obstante, el ciudadano de Marruecos ve al español como invasor y ocupante de su tierra hasta el día de hoy. Pero, esa imagen empieza a desaparecer poco a poco, gracias a la reconciliación con el horroroso pasado y el fomento del contacto directo a través de coloquios, conferencias, debates… en los que se abordan temas de interés común para las dos orillas, lejos de indagar en la historia cargada de conflictos y discordias.

De esta forma, nosotros los marroquíes nos despreocupamos de esta terminología de colonización, odio e irritación. Pese a todo ello, da pena ver cómo nuestros responsables no se molestan en hacer algo para cambiar y acabar con aquella falsa imagen que ha tenido y sigue teniendo el español sobre el marroquí. Al no ser porque Marruecos evita tratar temas polémicos susceptibles de derramar mucha tinta. Por tanto, nuestro país opta por una diplomacia lejana de tocar asuntos de mayor sensibilidad o de acercarse a la verdadera imagen recíproca. Pese a todo ello, la prensa española evoca siempre la incomprensión, los mal entendimientos y los desafíos…y todo lo que es negro, como si a los dos pueblos no les uniesen intereses comunes. De hecho, es una guerra mediática que va a perdurar para mucho tiempo porque está, prácticamente, ligada a unos trasfondos ideológicos e intereses económicos.

Al marroquí no le llegan noticias informativas sobre España, y las que le llegan son negativas con un retoque más intensivo por parte de la prensa española. Yo como traductor, y en mi calidad de intermediario entre las dos culturas, reconozco que a veces me veo incapacitado para luchar contra la percepción postulada que ve que los siglos pasan, pero los estereotipos siguen flotando allí en el cielo de las relaciones hispano-marroquíes. Y como seguidor de la prensa española, he llegado a la conclusión de que, una gran parte de los asuntos abordados por esta última, giran alrededor de temas tales como: la inmigración, el terrorismo, las drogas, el asesinato, Ceuta y Melilla, El Sáhara, etc. Sin olvidar, claro está, otro tema que ahora está de moda, que radica en las campañas de proselitismo. Todo esto se está haciendo en detrimento de la difusión de artículos relacionados con el comercio y la vecindad, o, hasta incluso, sobre asuntos relacionados con la vida cultural e intelectual del vecino del sur. Cabe mencionar que los llamado los liberales de la pluma, residentes tanto en España como en Marruecos con un retoque menor, cuidan más los detalles sobre hechos dramáticos o polémicos.

La prensa, al ser calificada como profesión digna, lo normal sería que difundiera una muy buena imagen sobre su vecino del Sur. Este es el único camino capaz de llevarnos a la instauración de una sociedad marcada por el diálogo, la convivencia y el acercamiento en todos los ámbitos de la vida. A modo de conclusión, se puede decir que la prensa marroquí mantiene una postura más o menos respetuosa en cuanto a los asuntos referentes a la política española. Pero, desgraciadamente, la prensa española, en cambio, tiende a transmitir una imagen que perjudica gravemente las relaciones hispano-marroquíes. Lo cual constituye un verdadero obstáculo para el progreso esperado y muy deseado tanto por los dos pueblos como por los dirigentes de ambos países que por muchas razones están “condenados” a entenderse.

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