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Brandemburgo

El símbolo de las libertades europeas
Manuel Ibañez Ferriol
jueves, 20 de junio de 2013, 07:22 h (CET)
La Puerta de Brandemburgo, es uno de los monumentos alemanes más conocidos y reconocidos. Es una antigua puerta de entrada a Berlín y uno de los principales símbolos tanto de la ciudad como de Alemania. No se trata de un arco de triunfo, sino que era el acceso, a modo de propileos, al «Nuevo Berlín» de la época. Fue construida entre 1788 y 1791 durante el reinado de Federico Guillermo II de Prusia por Carl Gotthard Langhans, siguiendo el modelo de la puerta de acceso a la Acrópolis de Atenas. En este lugar se encontraba en esas fechas una de las 18 puertas de la muralla de la ciudad de Berlín. Es una construcción en piedra arenisca de 26 m de alto, 65,5 metros de ancho y 11 de largo según el estilo del Neoclasicismo temprano. Posee cinco zonas de paso, de las cuales la central es la más ancha, con dos puertas menores a los lados. Las columnas son de estilo dórico, estriadas, y en su base alcanzan un diámetro de 1,75 m. La parte superior y el interior de las zonas de paso están recubiertas con relieves que representan a Hércules, Marte y la diosa Minerva.

La puerta está coronada con una escultura de cobre de unos 5 metros de altura, la Cuadriga, creada por Johann Gottfried Schadow, que representa a la Diosa Victoria montada en un carro tirado por cuatro caballos en dirección a la ciudad. En 30 de enero de 1933, el presidente alemán Paul von Hindenburg, segundo presidente de la República de Weimar, nombra a Adolf Hitler canciller de Alemania. Por la tarde, 15.000 hombres de las SA y SS desfilan en una procesión de antorchas a través de la Puerta de Brandeburgo. Durante la Segunda Guerra Mundial, la Puerta sufrió graves daños y la Cuadriga resultó casi completamente destruida. El 21 de septiembre de 1956, el concejo municipal acordó reconstruir la Puerta pese a fuertes divergencias entre las autoridades de la ciudad dividida. A pesar de las acusaciones mutuas, ambas partes aunaron sus esfuerzos y lograron concluir el trabajo el 15 de diciembre de 1957. Las autoridades de Berlín Oriental decidieron rehacer la Cuadriga con los moldes originales, pero quitando el águila y la cruz de hierro por considerarlos símbolos del militarismo alemán. Con la construcción del Muro de Berlín en 1961, la Puerta de Brandeburgo quedó en tierra de nadie, sin acceso del este ni del oeste. Solamente guardias de frontera e invitados especiales de la RDA tenían acceso al monumento. En 1991, tras la reunificación de Alemania, la Cuadriga, que no había tenido ningún mantenimiento en 30 años, fue desmontada y restaurada. Durante esta restauración se le agregaron de nuevo el águila y la cruz de hierro. Entre enero de 2001 y octubre de 2002 se emprendió una restauración completa de la Puerta, que permaneció cubierta por 22 meses. La Puerta de Brandeburgo fue desvelada entre grandes festividades el 3 de octubre de 2002, aniversario de la Reunificación de Alemania.

Podemos afirmar, que la Puerta de Brandemburgo, es el símbolo de las libertades europeas. En ese sentido, se han firmado acuerdos bajo sus arcos, se han celebrado grandes discursos tanto de lideres europeos como de cualquier otro país del mundo, también ha sido el decorado natural y magnífico de conciertos musicales de todos los estilos y géneros, en definitiva, es un espacio monumental y arquitectónico, en el que la mente del hombre, se transporta hacia las grandes gestas y glorias greco-latinas. Podemos decir, que es un monumento homenaje al pensamiento humanístico, basado en el equilibrio de alma y cuerpo, de siquis y materia. En un momento como el actual, debemos pensar mejor, en cómo resolver los problemas que nos acucian, unidos todos sin distinción. Pero, es quizás hoy, el momento en el que cobre mayor relevancia la Puerta de Brandemburgo. El presidente de los Estados Unidos de América, pronunciará un discurso, en el que los ojos de todo el mundo se posaran, para escuchar atentamente, lo que Mister. Barack Obama, va a transmitirnos. Después de una importante reunión del G8, en Irlanda, el presidente Obama, se traslada hasta Berlín, invitado por la canciller Merckel, para de una forma u otra, resumir las importantes directrices que han tomado en las reuniones de Irlanda. Se anuncia el compromiso de la reducción armamentística, pilar importante y básico para aliviar tensiones entre los distintos países. Se abogará por una tregua pacífica, sobre todo en los países en conflicto bélico, un acercamiento hacia la resolución de conflictos, dónde a diario, se sigue masacrando a inocentes, auténticas víctimas del horror, del hambre, de las enfermedades y las guerras. Se atenderá a las peticiones de diversas voces –entre ellas la de SS. El Papa Francisco-, para erradicar la pobreza y la miseria, tan extendida en estos momentos por muchos países. Y sobre todo, se pedirá el esfuerzo común, para poder ir caminando por las sendas de la justicia social, haciendo que surja el empleo, tan ansiado por tantos miles de personas en todo el mundo.

La Puerta de Brandemburgo, será de nuevo el mejor de los escenarios, elegido para dar respuestas y posibles caminos de solución a los interrogantes del hombre del siglo XXI. Será de nuevo, el pensamiento humanista, iniciador de la cultura europea, con bases en la cultura greco-latina, el que nos sirva de motor y ejemplo, para darnos cuenta, de la importancia del momento y del evento. Escuchemos atentamente las palabras de Barack Obama, y después apliquemos en nuestras vidas particulares, cada uno de los mensajes que vamos a ir recibiendo. Serán los mejores consejos, para recuperar nuestra estima, ilusión y esperanza perdidas.

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