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Etiquetas | LIGA ENDESA | Real Madrid | CAI Zaragoza
El cuadro de Laso suma su primer triunfo en el ‘play-off’ de semifinales a costa de un combativo pero agotado físicamente CAI Zaragoza

Rudy Fernández y Mirotic activan al Real Madrid (84-76)

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Ficha técnica
84 - Real Madrid: Llull (6), Rudy Fernández (14), Suárez (0), Mirotic (18) y Begic (10) -quinteto titular- Sergio Rodríguez (5), Carroll (8), Slaughter (0), Hettsheimeir (0), Draper (5), Darden (3) y Reyes (16).
76 - CAI Zaragoza: Van Rossom (10), Roll (10), Rudez (16), Aguilar (11) y Golubovic (6)-quinteto inicial- Jones (12), Stefansson (7), Llopart (4), García (-), Marín (-), Fontet (-) y Toppert (0).
Parciales: 18-16, 24-24, 24-13, 18-23. Árbitros: Arteaga, Pérez Pérez y Martínez Fernández.
Incidencias:Primera jornada correspondiente a las semifinales de los ‘Play-Off’ de Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 7.221 espectadores..
Cuando un grupo se presenta en semifinales de una competición de Liga Endesa nunca es fruto de casualidades ni conjunciones astrales. La clave es trabajo. El CAI Zaragoza es un bloque bien armado tácticamente, tanto en defensa, con bastantes ayudas y milimétrica concentración, como en ataque, donde carecen de nombres de relumbrón, pero cuentan con jugadores más que efectivos. Aunque acabaron perdiendo el primer asalto, el Real Madrid fue consciente que este cruce no será un trámite, que este CAI Zaragoza no caerá sin plantar una dura oposición.

El Real Madrid no consiguió hacer su guion de siempre, es decir nunca dibujó transiciones rápidas ni encontró cómodas posiciones de tiro. Le costó cada canasta y más le costó emplearse en defensa, donde estuvieron bastante blandos, situación extraña en comparación a lo visto durante este curso. Sucedió durante ambos primeros cuartos. El panorama, sin embargo, cambió para el Real Madrid tras el descanso; fue entonces cuando apretó en defensa (concedió 13 puntos en 10 minutos) y se mostró intratable en ataque, donde primero surgió Rudy Fernández (se marchó lesionado tras una fuerte caída que golpeó su delicada espalda) y posteriormente Mirotic para distanciar a los suyos en el electrónico: del 44-44 se pasó al 55-44. Visto y no visto.

Reyes y Draper, clave
Sería injusto quedarse con estos nombres. Draper, un jugador silencioso y dotado de una extrema calidad, tomó el mando y encontró como quebrar a una defensa aragonesa en claro descenso de prestaciones. Y dentro, como motivado de forma especial, estuvo Begic. El esloveno se movió cómodo y aportó rebotes y puntos. Como hizo Reyes en el cuarto de desenlace: 10 puntos (16 en total) y amo y señor de los tableros. El capitán estuvo imparable, de sobresaliente. Y aparte de los nombres, el grupo empezó a ser un grupo. A jugar en equipo, a moverse con coordinación y a hacer transiciones veloces, como esa que protagonizaron Llull y Mirotic. El tercer cuarto se cerró con un parcial abrumador: 24-13. El Real Madrid había roto el partido. Faltaba atarlo. Rematar la faena.

Algo, para este equipo, hasta pan comido. Pero no cuando enfrente está el CAI Zaragoza. Los maños ya habían sobrevivido a un problema durante el segundo cuarto. Justamente cuando Felipe Reyes y Carroll (6 y 8 puntos, respectivamente) adquirieron el protagonismo en un, por entonces, Real Madrid bastante espeso: 27-22 y 30-23 (7 arriba), aunque no abatieron al CAI Zaragoza. Al descanso, todo el grupo aragonés se marchó con dígitos idénticos, factor relevante de la importancia del grupo en este equipo de Abós, al que le faltó gasolina -elogiable que no se dejara ir durante los diez minutos finales- y concentración tras el descanso. Comprensible si tenemos en cuenta que hacía unas horas festejaban su clasificación ante Valencia.

Porque hasta después del descanso, el Real Madrid no fue capaz de ser el Real Madrid. No se sabe si por deméritos propios o méritos maños. Porque durante el primer cuarto, sólo Mirotic -hizo sufrir a Pablo Aguilar en el poste bajo- y Rudy Fernández (con 6 y 7 puntos, respectivamente) fueron los únicos que estuvieron iluminados ante una excelente defensa del CAI Zaragoza. El Real Madrid no encontró espacios. Estaba colapsado. Ni siquiera Sergio Rodríguez, un base en estado permanente de ebullición, agitó a sus compañeros. Había más fallos que canastas en las estadísticas, siendo preocupante el tiro exterior. Extraño, pero cierto como que había más encuentro del que muchos pensaban cuando se sentaron en sus asientos.

Rudy Fernández y Mirotic activan al Real Madrid (84-76)

El cuadro de Laso suma su primer triunfo en el ‘play-off’ de semifinales a costa de un combativo pero agotado físicamente CAI Zaragoza
Rafael Merino
jueves, 30 de mayo de 2013, 20:42 h (CET)
Ficha técnica
84 - Real Madrid: Llull (6), Rudy Fernández (14), Suárez (0), Mirotic (18) y Begic (10) -quinteto titular- Sergio Rodríguez (5), Carroll (8), Slaughter (0), Hettsheimeir (0), Draper (5), Darden (3) y Reyes (16).
76 - CAI Zaragoza: Van Rossom (10), Roll (10), Rudez (16), Aguilar (11) y Golubovic (6)-quinteto inicial- Jones (12), Stefansson (7), Llopart (4), García (-), Marín (-), Fontet (-) y Toppert (0).
Parciales: 18-16, 24-24, 24-13, 18-23. Árbitros: Arteaga, Pérez Pérez y Martínez Fernández.
Incidencias:Primera jornada correspondiente a las semifinales de los ‘Play-Off’ de Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 7.221 espectadores..
Cuando un grupo se presenta en semifinales de una competición de Liga Endesa nunca es fruto de casualidades ni conjunciones astrales. La clave es trabajo. El CAI Zaragoza es un bloque bien armado tácticamente, tanto en defensa, con bastantes ayudas y milimétrica concentración, como en ataque, donde carecen de nombres de relumbrón, pero cuentan con jugadores más que efectivos. Aunque acabaron perdiendo el primer asalto, el Real Madrid fue consciente que este cruce no será un trámite, que este CAI Zaragoza no caerá sin plantar una dura oposición.

El Real Madrid no consiguió hacer su guion de siempre, es decir nunca dibujó transiciones rápidas ni encontró cómodas posiciones de tiro. Le costó cada canasta y más le costó emplearse en defensa, donde estuvieron bastante blandos, situación extraña en comparación a lo visto durante este curso. Sucedió durante ambos primeros cuartos. El panorama, sin embargo, cambió para el Real Madrid tras el descanso; fue entonces cuando apretó en defensa (concedió 13 puntos en 10 minutos) y se mostró intratable en ataque, donde primero surgió Rudy Fernández (se marchó lesionado tras una fuerte caída que golpeó su delicada espalda) y posteriormente Mirotic para distanciar a los suyos en el electrónico: del 44-44 se pasó al 55-44. Visto y no visto.

Reyes y Draper, clave
Sería injusto quedarse con estos nombres. Draper, un jugador silencioso y dotado de una extrema calidad, tomó el mando y encontró como quebrar a una defensa aragonesa en claro descenso de prestaciones. Y dentro, como motivado de forma especial, estuvo Begic. El esloveno se movió cómodo y aportó rebotes y puntos. Como hizo Reyes en el cuarto de desenlace: 10 puntos (16 en total) y amo y señor de los tableros. El capitán estuvo imparable, de sobresaliente. Y aparte de los nombres, el grupo empezó a ser un grupo. A jugar en equipo, a moverse con coordinación y a hacer transiciones veloces, como esa que protagonizaron Llull y Mirotic. El tercer cuarto se cerró con un parcial abrumador: 24-13. El Real Madrid había roto el partido. Faltaba atarlo. Rematar la faena.

Algo, para este equipo, hasta pan comido. Pero no cuando enfrente está el CAI Zaragoza. Los maños ya habían sobrevivido a un problema durante el segundo cuarto. Justamente cuando Felipe Reyes y Carroll (6 y 8 puntos, respectivamente) adquirieron el protagonismo en un, por entonces, Real Madrid bastante espeso: 27-22 y 30-23 (7 arriba), aunque no abatieron al CAI Zaragoza. Al descanso, todo el grupo aragonés se marchó con dígitos idénticos, factor relevante de la importancia del grupo en este equipo de Abós, al que le faltó gasolina -elogiable que no se dejara ir durante los diez minutos finales- y concentración tras el descanso. Comprensible si tenemos en cuenta que hacía unas horas festejaban su clasificación ante Valencia.

Porque hasta después del descanso, el Real Madrid no fue capaz de ser el Real Madrid. No se sabe si por deméritos propios o méritos maños. Porque durante el primer cuarto, sólo Mirotic -hizo sufrir a Pablo Aguilar en el poste bajo- y Rudy Fernández (con 6 y 7 puntos, respectivamente) fueron los únicos que estuvieron iluminados ante una excelente defensa del CAI Zaragoza. El Real Madrid no encontró espacios. Estaba colapsado. Ni siquiera Sergio Rodríguez, un base en estado permanente de ebullición, agitó a sus compañeros. Había más fallos que canastas en las estadísticas, siendo preocupante el tiro exterior. Extraño, pero cierto como que había más encuentro del que muchos pensaban cuando se sentaron en sus asientos.

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