| Ficha técnica | 74 - Real Madrid: Sergio Rodríguez (17), Llull (9), Suárez (3), Hettsheimeir (6) y Begic (4) -quinteto titular- A. Martin (-), Carroll (10), Slaughter (7), Mirotic (12), Draper (0) y Reyes (6).
77 - Unicaja Málaga: Calloway (9), Urtasun (4), Simon (17), Zoric (22) y Fran Vázquez (6)-quinteto inicial- Williams (3), Lima (2), Panko (3), Perovic (10), Diaz (-) y Dragic (0)
Parciales: 21-15, 19-17, 13-28, 21-17.
Árbitros: Pukl (SLO), Anastopoulos (GRE) y Trawicki (POL).
Incidencias:Undécima jornada correspondiente a la segunda fase de Euroliga, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 7.946 espectadores. |
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Los que saben de deporte aseguran que cuesta bastante cerrar un encuentro cuando hasta los vientos son favorables. Lo mismo puede decirse cuando se refiere a una clasificación próxima para otra fase de la competición. No todo está cerrado hasta el final. Ya lo sabe el Real Madrid, que pasó de verse vencedor y en cuartos de Euroliga a situarse en derrotado y obligado a ganarse un puesto de privilegio enfrentándose a Panathinaikos, Anadolu Efes y CSKA.
Nada hacía presagiar un desenlace tan amargo para el Real Madrid. Ni siquiera esa ausencia de última hora de Rudy Fernández (problemas de espalda). El cuadro de Laso estaba invicto en el Palacio de los Deportes, en competición doméstica y europea (once triunfos consecutivos en Euroliga). Pero sucedió lo que no había sucedido en todo el curso: el Real Madrid perdió en casa. El héroe fue Unicaja, cuya proeza le otorga una enorme porción de oxígeno -además de una formidable inyección de autoestima- para continuar con vida más allá de las fronteras de España. Aún tiene opciones de acabar como cuarto de grupo.
Al descanso, el Real Madrid tenía el partido en sus manos. Le faltaba con mantenerse firme en defensa, sin tampoco una necesidad de esforzarse al máximo, y certero en ataque. Lo había conseguido después de cinco minutos de acoplamiento: de un 4-11 se pasó a un 30-18. La maquinaria estaba funcionando como un equipo y enfrente Repesa no conseguía encajar sus piezas del puzle, y eso que agitó el banquillo con múltiples rotaciones, pero ni Williams estaba donde debía estar, ni Fran Vázquez se sacudía sus problemas con las faltas personales, ni el resto se acaba de centrar. Parecía que Unicaja cedía al primer golpe del Real Madrid.
Sorprendentemente no ocurrió así en el segundo acto del encuentro. El Real Madrid decidió que no deseaba ganar el encuentro sin emociones. Que hasta el público debía despertar y animar como si les fuera la vida en el partido. Y de forma incomprensible, el cuadro de Laso se desconectó a la vuelta del vestuario. Resultado: parcial de 2-15. El conjunto andaluz no sólo remontó y se metió en el desarrollo del encuentro, sino que se superó en el marcador: 42-47 y creciendo hasta superar esa barrera psicológica de los diez puntos de ventaja (55-66). El Real Madrid firmó un calamitoso tercer cuarto; enfrente, Unicaja anotó dos puntos menos que en los dos cuartos anteriores (28 a 30).
Simon y Zoric, letales
Las razones eran básicamente tres: pasotismo (o relajación si quieren) del Real Madrid; el dúo Simon y Zoric, dos martillos en el aro blanco y aprovechando las debilidades en altura de los pívots madridistas; y una ajustada defensa de Unicaja. Repesa le ganaba la partida táctica a Laso. Éste reaccionó -utilizando la misma táctica que ante Messina de situar a Slaughter como defensa exterior- y convocó a los suyos a la heroica, un ámbito donde el Real Madrid se mueve como pez en el agua. Se diría que hasta disfruta. Pero ésta vez, al contrario de ocasiones recientes, no hubo remontada y sonrisa. Ésta vez, el aro escupió esas canastas decisivas e impidieron el renacer blanco de la mano de un extraordinario Sergio Rodríguez. Al final, Unicaja sorprendió al Real Madrid.