No precisaba de urgencia, pero los tres puntos se le venían resistiendo al conjunto vallecano en las últimas semanas. Aún con el resquemor que dejó el empate en Riazor, los de Jémez salieron desde el principio con las ideas frescas y con la portería entre ceja y ceja. En el lado contrario, un Espanyol parsimonioso que dejó trabajar a su rival un partido que acabaría poniéndose muy cuesta arriba para los periquitos.

Sólamente le hicieron falta dos galopadas a Léo Baptistao para dejar en evidencia al lateral zurdo del Espanyol. En la segunda, la cabalgada acabaría con un centro que inevitablemente acabaría empujado por el Chori Domínguez al fondo de las mallas. No habían pasado los primeros diez minutos y Vallecas ya empezaba a disfrutar de su equipo.

Los cánticos de la afición en contra de la directiva se mezclaban con detalles de calidad y derroche físico de Trashorras y Javi Fuego. Los de Aguirre, en cambio, intentaban competir en el centro del campo para mandar balones a sus dos puntas que poco pudieron hacer en su particular batalla con una impecable zaga rayista.

Sentencia rayista

Chori quiso aumentar su protagonismo antes del descanso, pero su chilena se perdió de vista por encima del fondo del Estadio. Tras la reanudación, el Espanyol saldría más decidido a atacar. Con Wakaso y Verdú ya sobre el verde, las intentonas pericas arrinconarían a un Rayo que se defendía como gato panza arriba.

Intentaba dominar el Rayo ante la intensidad defensiva de Wakaso. Léo fallaba un mano a mano con Casilla en laacción más destacable del meta catalán, ya que minutos más tarde, cuando más cerca estaba el Espanyol de conseguir el empate, su inseguridad en el área provocaría el último zarpazo del Rayo.

Fue en una contra y Piti se encontró en el vértice del área con Kiko Casilla. El guardameta no pudo evitar que el capitán rayista golpease el esférico, con la peor de las suertes para los de Aguirre de que el balón se envenenaba cada vez más mientras la grada ya cantaba el tanto de la tranquilidad.

El 2-0 fue un duro mazazo para los visitantes que poco más pudieron hacer para intentar perforar la puerta de Rubén. De hecho, Stuani en los minutos finales fue el que más cerca estuvo de encontrar el gol, pero, en esta ocasión, el Rayo acabaría con su portería a cero.

Al final, alegría en Vallecas que no pierde el ritmo de Europa a ritmo de buen juego y mucho oficio, porque Javi Fuego, Casado y Léo no viajarán al Camp Nou por forzar su ciclo de amonestaciones. Por su parte, el Espanyol ve estancada su reacción y se acuesta en su colchón que le mantiene a salvo de los puestos comprometidos.