Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Sergio Ramos | Sevilla | Boda

Fastos

“El amor, a día de hoy, para que se haga fuerte, necesita, como poco, sus dosis de ojos y emoticonos”
Raúl Galache
jueves, 20 de junio de 2019, 10:07 h (CET)

Resulta que Sergio Ramos, futbolista de profesión, se casó el otro día en Sevilla. Los fastos han sido babilónicos, al parecer. A tanto ha llegado la cosa, que el muchacho, arrebatado de amor, herido por la flecha dorada del ciego niño alado, inflamado en ansias de pasión y gozo, ha alquilado todas las limusinas de Sevilla, que sin duda habrá unas cuantas, para que la novia no tuviera el disgusto de cruzarse con otra que no fuera aquella suya que, cual carroza dorada tirada por los pavos reales de Hera, la llevaba a los brazos de su Apolo broncíneo; ¡qué gesto de amor simpar!, ¡qué delicadeza en la exhibición del afecto!, ¡qué buen gusto en todo, oiga! Como dice una amiga mía, “se me saltan los empastes”. Porque, en realidad, nada hace mayor el amor que mostrarlo a troche y moche, que derramarlo como si fuera la gracia de un dios, que esparcirlo como monedas a los pobres. El amor, a día de hoy, para que se haga fuerte, necesita, como poco, sus dosis de ojos y emoticonos, sus buenas fotos al atardecer en una playa o sus mensajes al viento de las redes sociales loando al amado, que a todos nos gusta saber que Mari muere por los huesos de su Gonzi, o que Samu se ha cortado la coleta (“amigos, ella es la única”), porque ya no vive sino para hacer sonreír a su Nuri. Claro que sí; cómo para no tirar la casa por la ventana; y la Torre del Oro, si hace falta.

Pobrecitos los que nos conformamos con las palabras susurradas, con poco más que el silencio de unos ojos frente a frente. 

Noticias relacionadas

Es invisible, intangible y, sin embargo, nos atraviesa por completo. Puede cambiarnos el humor en cuestión de segundos, hacernos llorar sin motivo aparente, evocarnos un recuerdo lejano o unirnos a desconocidos en un mismo latido. La música es mucho más que una forma de entretenimiento, es una fuerza capaz de modificar nuestro estado físico, emocional, mental y hasta social. A veces sin que siquiera lo notemos.

Del mismo modo que siempre hay una primera vez para lo que hacemos –primer llanto, primeras palabras, primeros pasos, primeros amores…–, sucede lo mismo con su antónimo, que también hay siempre una última vez para todo, aunque, a diferencia de la otra, en muchas ocasiones desconozcamos que no habrá más.

Apoyo a los países que eligen controlar sus fronteras, y que van en contra de la hipócrita integración que propone la mafiosa Unión Europea. España se ve muy perjudicada en una Europa de libre circulación de personas, ya que nuestros intereses internacionales (que a menudo no coinciden con los de otros países europeos) son más difíciles de defender dentro de un “club de alterne” como es en lo que se ha convertido la Unión Europea.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto