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Cuando llega la Navidad, los tontos crecen más que las setas en otoño

¡Ya empezamos!

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Al inicio del mes de diciembre las ciudades de la mayor parte del mundo se convierten en ascuas de luz para celebrar la Navidad. Este pistoletazo de salida anima a manifestarse a los amargados que viven de proclamar lo que les molesta. En este grupo podemos integrar a los que odian la familia, la religión, la tradición o los buenos sentimientos.


Por otra parte se encuentran los que quieren arrimar el ascua a su sardina. Quieren nadar sin mojarse. Buscan su acomodo popular sacando de la verdad una gran parte, lo que califica a sus realizaciones de gran mentira. Quieren adaptar las costumbres cristianas a sus sentimientos partidistas. ¡Son tantos y tan tontos!


Llevamos años contemplando como desde algunas instituciones o personas se pretende crear una Navidad sin Dios. Convertir unas fiestas navideñas en un homenaje al consumo y al postureo. Por eso protestan la presencia de signos cristianos en la iluminación. Hacen “inventos” tales como la plaza llena de bolas y vacía de sentimiento catalana. Procuran sacar cabalgatas de reyes laicos. (Acabarán con la presencia de presidentes de la republica o de la comunidad que llevan sus presentes al último salvador de la patria).


Me han pedido que prepare un programa de radio sobre la Navidad. He tenido que empezar por recurrir a las “Antigüedades Judías” del historiador romano Flavio Josefo, que ratifican la presencia de Jesús en tiempo y en espacio, hablar de experiencias personales y comunitarias, tradiciones populares y, finalmente, resaltar la presencia del niño Jesús en el corazón de los hombres de buena voluntad.


Así, que sintiéndolo mucho por aquellos amargados que “sufren” la Navidad, me apresto a vivir el Nacimiento de Jesús dentro de mi casa y en mi familia. Por otra parte seguiré deseando lo mejor para todos en estos días en los cuales se arranca del corazón los mejores sentimientos.


Mi buena noticia de hoy, no puede ser otra que constatar que ha comenzado el tiempo de espera (Adviento). En menos de cuatro semanas nuestros belenes recogerán la llegada del Salvador. Bienvenido sea.

¡Ya empezamos!

Cuando llega la Navidad, los tontos crecen más que las setas en otoño
Manuel Montes Cleries
domingo, 2 de diciembre de 2018, 14:07 h (CET)

Al inicio del mes de diciembre las ciudades de la mayor parte del mundo se convierten en ascuas de luz para celebrar la Navidad. Este pistoletazo de salida anima a manifestarse a los amargados que viven de proclamar lo que les molesta. En este grupo podemos integrar a los que odian la familia, la religión, la tradición o los buenos sentimientos.


Por otra parte se encuentran los que quieren arrimar el ascua a su sardina. Quieren nadar sin mojarse. Buscan su acomodo popular sacando de la verdad una gran parte, lo que califica a sus realizaciones de gran mentira. Quieren adaptar las costumbres cristianas a sus sentimientos partidistas. ¡Son tantos y tan tontos!


Llevamos años contemplando como desde algunas instituciones o personas se pretende crear una Navidad sin Dios. Convertir unas fiestas navideñas en un homenaje al consumo y al postureo. Por eso protestan la presencia de signos cristianos en la iluminación. Hacen “inventos” tales como la plaza llena de bolas y vacía de sentimiento catalana. Procuran sacar cabalgatas de reyes laicos. (Acabarán con la presencia de presidentes de la republica o de la comunidad que llevan sus presentes al último salvador de la patria).


Me han pedido que prepare un programa de radio sobre la Navidad. He tenido que empezar por recurrir a las “Antigüedades Judías” del historiador romano Flavio Josefo, que ratifican la presencia de Jesús en tiempo y en espacio, hablar de experiencias personales y comunitarias, tradiciones populares y, finalmente, resaltar la presencia del niño Jesús en el corazón de los hombres de buena voluntad.


Así, que sintiéndolo mucho por aquellos amargados que “sufren” la Navidad, me apresto a vivir el Nacimiento de Jesús dentro de mi casa y en mi familia. Por otra parte seguiré deseando lo mejor para todos en estos días en los cuales se arranca del corazón los mejores sentimientos.


Mi buena noticia de hoy, no puede ser otra que constatar que ha comenzado el tiempo de espera (Adviento). En menos de cuatro semanas nuestros belenes recogerán la llegada del Salvador. Bienvenido sea.

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