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La mañana va desdibujando las sombras
de lo que fue el amanecer;
llegan sonidos de descarga,
de corte limpio que embadurna
el aire del dulzor de la resina.
El cielo es celeste contraste
sobre un asfalto gris y desangelado,
se oyen voces infantiles,
juegos, risas y la voz autoritaria
de un adulto riñendo;
pasan coches,
no hierve todavía la calzada
y el sonido casi reconforta
como Mahler lo hace al fondo,
dentro de la casa.
Las plantas recién regadas
emiten un brillo irisado,
espumoso como una playa en septiembre
y la calle queda sola un instante
haciendo de modelo fugaz
para una cámara a lo lejos.
Se respira paz, sosiego y verdad,
se abre una persiana en el edificio,
habrá sábanas
añorando el frescor de primera hora.
De repente el silencio,
el silencio llega,
se filtra por todo el paisaje
de mañana de verano,
se adueña de todo como un fotógrafo
al capturar el instante.
El silencio:
poeta, fotógrafo,
filtro que hace bello lo cotidiano.
El 26 de abril retornó la poesía a la Quinta de la Fuente del Berro, un hermoso palacete remozado en centro cultural municipal que habitúa a ejercer como incomparable marco para actos como el que tuvo lugar de la mano del Grupo Retablo, engrosado en la actualidad por los siempre animosos Mayte Domínguez y Pablo Bethencourt, quienes dan cobijo y aúpan a las más diversas e incluso divergentes propuestas líricas, atesorando en su henchido morral las principales voces poéticas que por nuestro día a día transitan.
Por razones especiales y muy particulares, ha sido notorio que intelectuales y artistas creadores de vastas y bellas obras, no les fue otorgado dicho premio, siendo personajes ilustres intelectuales y artistas, como al Poeta genio (con P mayuscula) que cambio el idioma como afirmo Neruda, o al prestigioso mexicano Carlos Fuentes, o al grande argentino José Luis Borges en 1967, mismo al que se ha conocido al desclasificarse unos documentos actualmente, haber motivos políticos en su negación o no otorgamiento.
Cada vez que aparece un libro del escritor Daniel Alarcón, una pregunta cae por insistencia, con mayor razón cuando quienes la formulan son, en su mayoría, escritores en actividad. ¿Es Alarcón un escritor peruano? Para algunos sí, para otros no.
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