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En los últimos años, las empresas planifican los días libres de sus empleados con una mayor flexibilidad. Los períodos vacacionales de los empleados se distribuyen entre junio, julio, agosto e incluso el mes de septiembre, lo que supone un signo más del avance hacia la empresa líquida.
En 2020, la pérdida total de horas laborables llegó a casi 1.700 millones (frente a los 1.460 millones en 2019), lo mismo que decir que 937.000 asalariados no trabajaron en todo el año. Considerando el coste medio de cada hora de trabajo, esos millones de horas no trabajadas pueden traducirse en un coste bruto para el conjunto de la economía española de 36.900 millones de euros en 2020 (el 3,3% del PIB).
Tras la irrupción de la crisis sanitaria, el teletrabajo se ha extendido ampliamente en las empresas españolas. Con la llegada de las vacaciones, muchos trabajadores optarán por trabajar unos días desde el destino vacacional para alternar trabajo y ocio, y poder estar cerca de los familiares ¿Cuáles son las claves para establecer el equilibrio perfecto?
El RETA alcanza en junio de 2021 las 3.320.983 afiliaciones: la reactivación económica está en marcha y debe acompañarse de medidas que combatan la precariedad estructural que sufren los y las autónomas. El avance del proceso de vacunación y la prórroga con mejoras de las prestaciones están teniendo efectos positivos.
Los perfiles técnicos comerciales altamente cualificados cobran ahora más importancia que nunca dentro de las empresas para lograr sus nuevos objetivos. Muchas se han visto forzadas a reinventarse, a adaptar su negocio a las nuevas necesidades del mercado y con unos recursos y previsiones inciertas. Por ello, un perfil que aporte valor real a la empresa y nuevas oportunidades se convierte en el mayor atractivo para las organizaciones.
La humanidad ha venido olvidándose de los valores, del respeto, amor, solidaridad y de todo lo que nos hace vivir en una sociedad digna, donde se demuestre ese color encantador para habitar con sentido humano y no para vivir como viven los animales en el bosque.
La dependencia tecnológica es una realidad que caracteriza a la sociedad actual. La gran mayoría de las personas están hiperconectadas y dependen de sus dispositivos móviles desde el momento en que apagan la alarma de su despertador hasta que envían el último correo antes de dormir. Sin embargo, esta sobreestimulación puede tener consecuencias negativas en la capacidad de concentración y dificulta la desconexión tecnológica.
Las vacaciones de verano son la época del año más esperada por todos los españoles. Las palabras más repetidas a la hora de pensar en vacaciones son descanso y desconexión. Muchos de ellos lo afrontan como un reto ante la dificultad de olvidarse temporalmente de las responsabilidades del entorno laboral.
Los días de vacaciones cotizan al alza para los trabajadores. Lo que muchos desconocen es que ante determinadas situaciones, como por ejemplo, ser miembro de mesa electoral o presentarse a un examen, no deben ser motivos para restar jornadas de descanso a los trabajadores.
Este próximo domingo entra en vigor el Decreto Ley de protección social que busca poner fin a la precariedad laboral, y que incluye la obligación por parte de las empresas de que sus empleados realicen el registro de las horas de su jornada laboral.
Es más, el avance de la reducción del desempleo a nivel planetario no se ve reflejado en una mejora de la calidad del trabajo.En consecuencia, quizás sea el momento de ponernos manos a la obra, como si todo dependiera de nuestros brazos, cuando menos para abrazarnos y hacernos valer ante las persistentes discriminaciones entre semejantes, para ponernos a disposición de otros horizontes más humanos, pues el trabajo no sólo es necesario para la economía (¡ya está bien de dejarnos mercadear por poderes que nos aplastan!), sino también para la realización de la persona y su dignificación como ser que ha de propiciar en todo momento la caricia acogedora, la inclusión social en definitiva, ante los diversos déficits de trabajo decente, sumado a otro aspecto preocupante, y es que más de una de cada cinco personas jóvenes (menores de 25 años) no trabaja, ni estudia, ni recibe formación, por lo que sus probabilidades de trabajo se ven comprometidas, a tenor de los nacientes datos de la Organización Internacional del Trabajo.
Los accidentes en el trabajo continúan siendo una importante lacra para el mercado laboral español. Según un informe de CCOO, durante 2018 se registraron en España un total de 602.316 accidentes de trabajo con baja, lo que representa un aumento del 3,2% respecto al año anterior. La siniestralidad laboral mortal también mostró un incremento importante durante el año pasado, con 652 fallecimientos, lo que supone un 5,5% más.
En la actualidad, una de las prioridades para muchas compañías es mejorar la productividad laboral, ya que si lo consiguen tendrán más probabilidades de alcanzar el éxito empresarial. Por este motivo, cada vez más empresas intentan lograr que haya una relación directa entre las horas de trabajo realizadas y la cantidad de trabajo realizado.
Desde hace unos años hasta la fecha, hemos visto cómo las compañías van comprendiendo poco a poco el valor de tener empleados satisfechos con su trabajo y en condiciones óptimas para desarrollar sus funciones. De ahí que el vínculo entre empresa y empleado sea cada vez más “saludable”.
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