SOLIDARIDAD
Los vicios humanos
Es tiempo de entenderse, de cultivar lenguajes que nos hermanen, si en verdad deseamos ser una generación pacificadora, dispuesta siempre al diálogo, a través de actitudes abiertas que nos aglutinen y converjan en la creación de un cosmos, en el que el respeto de sus moradores, sea abecedario constante en los labios de sus gentes.
Siembra de buenos deseos
Es tiempo de apertura, de abrazar los anhelos y de reavivarnos unos a otros, lo que nos exige comprensión y compasión, en un momento de balances y propósitos, en el que la asistencia y la hospitalidad deben de formar parte de nuestras vidas.
Bienvenidas las iniciativas globales
A veces reclamo lo que no doy, pido paz y siembro hostilidad, requiero derechos y ninguna obligación, apelo al compromiso y yo mismo me desentiendo de auxiliar al que me interpela en el camino.
Estad despiertos
Me lo he encontrado en una residencia de mayores. En el Buen Samaritano; una residencia asistida que se encuentra en Churriana y es regentada por Caritas. En ella hay más de medio centenar de plazas, de ellas, una docena esta ocupada por sacerdotes mayores que lo necesitan.
Adherirse al bien
Los moradores de este mundo actual han cerrado todos los horizontes, inclusive también los trascendentes del sentimiento poético del alma, para vivir un presente egoísta y alocado, con el olvido o la censura al pasado, y sin importarles la construcción de un futuro más hermanado.
Hay que ser revolucionario
Me rebelo contra esta cultura mezquina, que adoctrina y aborrega, incapaz de asumir irresponsabilidades, que bebe del abecedario de la necedad continuamente y del disfrute del momento.
De combate en combate
No hemos salido de un combate, nos metemos en otro, ¡cuántas inútiles contiendas!, en este mundo crecido por lenguajes que nos enfrentan unos contra otros, por prácticas racistas y xenófobas, que lo único que hacen es dividirnos y alimentar envidias y celos.
El lenguaje positivo de la verdad
Muchas personas son las que hoy día viven en precario, en un mundo más selva que corazón, desbordado en demasiadas ocasiones por una escalada de incidentes y el incremento de tensiones, que nos impiden tomar la vida con alegría.
Una economía plenamente solidaria
No vemos por otros ojos que la economía, y no estaría mal que fuese así, en el caso de que nos sirviera para hacer un uso más eficiente de los recursos, para corregir desviaciones y referencias egoístas, poniendo de relieve la importancia de una decente distribución social.
En cada niño nace un trozo de cielo
Con razón son el alma de la humanidad venidera, un privilegio en el ocaso de nuestros andares y una gracia, pues toda grandeza se inclina ante su angelical mirada.
Menosprecio hacia la vida de algunos
La tolerancia es la mejor virtud, todo lo disculpa y todo lo repara, puesto que soy imperfecto y necesito de la compañía del similar. Con lo placentero que sería cultivar ese espíritu cercano, solidario entre sí, siempre dispuesto a acompañarnos.
Cada cual traza su camino
Somos seres en permanente tránsito. En realidad todo está en movimiento. Nada permanece estático. Esto es la propia vida; un continuo descubrir de rumbos para abordar nuevos horizontes, que nos reintegren a la unión y a la reconciliada unidad.
A contracorriente
Siento debilidad por aquellas gentes que son efectividad humanística, artesanos de lo armónico, que no escatiman esfuerzos a la hora de ser constructores de paz, todo un arte que requiere energía comprensiva, espíritu creativo, alma serena, soplo sensible, y mucha destreza de pulso.
Microcréditos
En la década de los setenta, el trabajo de muchas organizaciones en el Tercer Mundo reflejó la necesidad de ir más allá de la mera intervención humanitaria para desarrollar soluciones económicas de autoempleo y autogestión que permitiesen a los habitantes de las naciones más pobres crear unas fuentes de ingresos que fuesen autónomas y estables a lo largo del tiempo.
La acción conjunta
Toda la especie humana tiene que poner voluntad en ese cambio de actitudes, que han de ser más cooperantes sin duda, empezando por el cuidado de la casa común, y terminando por unas prácticas más solidarias entre nosotros mismos.