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Julio de la Iglesia es el máximo exponente del liderazgo valiente en España. Compagina la actividad de TEDAX (Técnico Especialista en Desactivación de Artefactos eXplosivos) con la de coach ejecutivo con el principal objetivo de formar e inspirar a líderes y equipos en la superación de sus miedos. Imparte conferencias basadas en sus experiencias y ha publicado recientemente el libro El miedo es de valientes (Alienta -2022).
La aparición del miedo se produce por motivos exógenos o endógenos. Como todas las cosas de la vida. Se llega a esta situación tan sumamente desagradable y turbadora por la percepción de un peligro real o imaginado, o cuando nace de uno mismo el miedo al pasado, al presente o al futuro.
Intentemos recuperar el honor y la valentía de un niño, los conflictos se han vuelto reales y los peligros también, lo positivo es que nuestras capacidades crecen con nosotros. Además, ¿qué otra opción tenemos más que afrontar la vida y sus grandes y tristes obstáculos?
Lo esencial es aminorar los frentes y abrir las fronteras. Ahí radica la clave ante cualquier desconcierto humano. Se me ocurre pensar en esos países que están fuera de control, donde a diario se producen violaciones de los derechos humanos, para que ellos no decaigan en sus gritos de libertad y nosotros también prestemos la debida escucha.
Aunque las reservas de viajes para este verano han aumentado, el temor al Covid-19 sigue presente en la población y puede acarrear problemas de salud mental. Incluso han aflorado términos hasta ahora desconocidos para la mayoría como la hafefobia, miedo a tocar o ser tocado por otros. Se debe viajar siguiendo las recomendaciones y pautas sanitarias para no poner en peligro nuestra salud ni la de nuestro alrededor.
La paz es una cualidad difícil de ver y sentir en la actualidad, en un momento en donde gran parte de lo que vemos y escuchamos se relaciona con lo difícil que es morir. Ayer me enteré de que alguien conocido, cercano, había muerto. Uno más a la lista. En esta pandemia hemos visto a la gente morir, ha sido algo más público, aunque bien sabemos que la gente moría antes y morirá después, incluyéndonos. Una realidad que es difícil aceptar.
Hablar en público es el gran reto al que se enfrentan millones de personas en su día a día. Asimismo, es una de las habilidades más demandadas en la actualidad por las empresas, que buscan grandes portavoces que sepan no solo comunicar, sino también transmitir, y, sobre todo, vender.
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