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Nadia Calviño se ha creído por encima del bien y del mal, pero ha hecho el ridículo más desmedido. En vez de despreciar el acontecimiento para el que fue invitada, debería de haber incitado a Pedro Sánchez para que diera explicaciones sobre la empresa de plásticos PLAYBOL, propiedad de sus padres, o sobre la deuda con Hacienda de la empresa de su marido y los tejemanejes de la misma para repartir el dinero que no es de esa empresa.
Escribió Octavio Paz que la mujer, ni vestida ni desnuda logra ser ella misma, y se comprobó esta semana en Paraguay, país que como credenciales de cultura machista ostenta el deshonroso récord de ser el último país de la región en conceder el sufragio femenino.
A la tercera noticia me detuve y entré en ella, a pesar de saber que el tiempo seguía corriendo en mi contra; el titular decía: “La nueva imagen de Minnie Mouse que enfurece a internet”. Me quedé estupefacta al comprobar que la gente criticaba que, por su 94 cumpleaños, Stella McCarney le hubiera regalado un diseño de traje con pantalón, ¿en serio? No me podía creer que hubiera gente quejándose por el hecho de que a Minnie le hubiera puesto Disney pantalones.
Bajaba, curioseando, desde Sol dirección al Instituto Cervantes, cercano a la Plaza de Cibeles. Bonito día, soleado, pletórico de actividad. Hacía tiempo que no hacía ese recorrido; tranquilo, relajante, envidiable… Pero, me topé de golpe con un edificio, monumento, en el entronque de la calle Alcalá con la Gran Vía: el Ministerio de Igualdad.
El título de una noticia resume la condición en que se encuentra hoy la mujer: Acusado de pegar a su pareja después que un vecino escuchase gritos de auxilio. Es un síntoma de que “la sociedad está enferma”, afirma Miguel Llorente, forense y profesor en la Facultad de Medicina en la Universidad de Granada.
Desde Felipe González no ha faltado ministro destinatario de chistes y chascarrillos. Uno de los primeros, dicho sea, con respeto, fue Fernando Morán, a quien se le aplicaban todos los chistes como cuando preguntó por la temperatura de Rusia para saber qué ropa llevar en un viaje. Al contestarle que “cero grados”, su respuesta no se hizo esperar: “¡Cojonudo, ni frío ni calor!”. Un ministro que se hacía querer y cuya cara delataba toneladas de bonhomía.
Desde hace dos o tres décadas recuerdo celebrar lo femenino y lo feminista con gusto. Al principio más lo femenino y últimamente más lo feminista, de tal forma que este cambio ha estado motivado porque el tiempo de celebración sobre el hecho de ser mujer ha evolucionado bastante.
La eliminación de lo religioso de la vida de la mayor parte de los españoles se ha ido imponiendo lentamente. Los restos que pueden quedar seguramente se deben a la publicidad turística, como por ejemplo la Semana Santa que sirve de lucimiento a imágenes y cofrades con capirote y vara alta.
Cada vez se mueren más jóvenes. Piensas, podría haber sido mi hija y te consuela el hecho de que no haya sido así, hoy.
Verónica ya no está entre nosotros. Y no lo está porque parece ser que un ex quería volver con ella y como no aceptó, según las primeras averiguaciones de la Policía, le chantajeó con difundir un vídeo sexual hasta que la presión le llevó a un suicidio machista.
No basta que Europa se encuentre amenazada por el “brexit” de Gran Bretaña, por la amenaza de que el enfrentamiento comercial entre China y EE.UU acabe con una nueva crisis mundial de proporciones inconmensurables o que, en España, lo que parecía una batalla perdida para los nacionalismos excluyentes vasco y catalán, con los resultados del 28A la situación haya cambiado y con un gobierno como el que se nos anuncia del PSOE solo en minoría u otro posible entre socialistas y Podemos, con el apoyo de los nacionalistas catalanes.
Sergio Heredia finaliza con estas palabras su escrito ¡Qué vergüenza!, en que describe los alborotos que se produjeron durante el partido de futbol que jugaron el Aleró y el Collrenc, de la Federación Mallorquina, entre los padres de los jugadores. Espectáculo desagradable que reactivó las alarmas en el fútbol.
Según dicen los diccionarios, feminismo es la doctrina y movimiento social que pide para la mujer el reconocimiento de unas capacidades y unos derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres. Por otra parte, machismo es la actitud de prepotencia de los hombres respecto de las mujeres.
Con semejantes propuestas cuesta llegar a entender que, quienes defiendan estos absurdos, pretendan estar a la misma altura intelectual del hombre al que, por supuesto, nunca se le ocurriría cometer una estupidez semejante.Suponiendo que todas las mujeres decidan ser veganas y sólo consuman verduras ( que, por cierto, también son seres vivos que nacen, crecen, se reproducen y mueren), es de suponer que el resto de la humanidad sólo se podrá comer a los machos de cada especie, con lo que la invasión de hembras del planeta está garantizada suponiendo, esto sí, que a los pobres machos sacrificados para el consumo humano, con anterioridad se les haya hecho contribuir con su esperma, a que se pueda fecundar a las hembras privilegiadas para poder perpetuar la especie.En fin, una más de las perogrulladas con las que nos obsequia este colectivo de las feministas que, cuando se deciden a desbarrar no hay quien pueda detenerlas.
Hermanos: seguramente sois usuarios de WhatsApp y estaréis en varios grupos de chat. El de los amigos de cuadrilla, el de la familia, el de antiguos alumnos de tu colegio…
Valga (Pontevedra): Javier Bello, de 46 años, mata a su mujer María José Aboy, de 43, con un tiro de su escopeta de caza.
En los últimos años se ha producido un gran avance en materia de paridad entre hombres y mujeres. Sin embargo, todavía queda un largo camino por recorrer hacia la igualdad. Los micromachismos son sutiles actitudes o comportamientos que se realizan en la vida cotidiana para perpetuar el dominio de lo masculino, para imponer razones, intereses, privilegios, y que están tan normalizados y automatizados que no siempre se detectan o reconocen.
Hermanas: seguramente mi hija, que dentro de unos dos o tres años se incorporará al mercado laboral, nunca leerá esta columna de hoy. Pero se la estoy dedicando a ella, a Blanca.
Hermanas: seguramente mi hija, que dentro de unos dos o tres años se incorporará al mercado laboral, nunca leerá esta columna de hoy. Pero se la estoy dedicando a ella, a Blanca.
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