Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | La buena noticia | Machismo | Feminismo | Personas
Tengo la sensación de que a los hombres se nos mira aviesamente… por el solo hecho de serlo

Personas

|

Según dicen los diccionarios, feminismo es la doctrina y movimiento social que pide para la mujer el reconocimiento de unas capacidades y unos derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres. Por otra parte, machismo es la actitud de prepotencia de los hombres respecto de las mujeres. Se trata de un conjunto de prácticas, comportamientos y dichos que resultan ofensivos contra el género femenino. Entre ellas la discriminación laboral, el acoso y, sobre todo, el maltrato psíquico y la violencia de género. Como verán el feminismo es una actitud encomiable y reivindicativa, mientras el machismo se considera un ataque desaforado contra las mujeres.

Estas aseveraciones, no reconocidas hasta después de la revolución industrial, han sido puestas en valor a lo largo del pasado siglo y especialmente durante el siglo XXI. Pero, ay, siempre hay un pero, estas reivindicaciones se han radicalizado de forma que, en la actualidad, los hombres (por lo menos yo) nos sentimos un poco perseguidos.

En la actualidad aparecemos como una serie de tipos totalmente prescindibles en todos los aspectos. Los slogans con los que nos atacan, especialmente en las manifestaciones reivindicativas, entre otras cosas se nos descalifican como participantes en la reproducción. “Nosotras parimos, nosotras decidimos”; “no os necesitamos, tenemos óvulos guardados”, etc. Creo que no es eso, no se trata de condenar una de las pocas cosas que se han hecho –casi siempre- placenteramente a lo largo de todos los tiempos entre hombres y mujeres, sino buscar la igualdad de trato.

Estimo que, especialmente los mayores, debemos romper con unas tradiciones, sustentadas en todos las culturas y las religiones que se conocen, en las que el varón (patriarca) era un guerrero y un sustentador de la economía, mientras la mujer era una maquina de trabajar y de tener hijos. Desgraciadamente los de nuestra generación nos hemos criado en familias en las que las abuelas, madres, tías o hermanas han puesto en práctica los roles clásicos de hombres y mujeres y nos han maleducado al respecto.

Gracias a Dios, la situación ha cambiado para bien. Nos quedan muchos pasos que dar, pero, ojo, pasos no zancadas que nos hagan perder el equilibrio. La sociedad es pendular y vamos a caernos por el otro lado de la cama.

Mi buena noticia de hoy me la manifiestan esas mujeres de nuestros días que han invadido las universidades, las empresas, las instituciones, la política, o las bellas artes la política o las bellas artes, y que realizan extraordinariamente todo cuanto se proponen, basándose en su formación y conocimientos. Lo único que les pido es que no nos crucifiquen al estilo de lo que se decía al incorporarnos al ejercito: “el soldado por el solo hecho de serlo, será severamente castigado”. El hombre, por el solo hecho de serlo… no es culpable. No nos castiguen; seamos todos… personas. 

Personas

Tengo la sensación de que a los hombres se nos mira aviesamente… por el solo hecho de serlo
Manuel Montes Cleries
lunes, 25 de marzo de 2019, 16:14 h (CET)

Según dicen los diccionarios, feminismo es la doctrina y movimiento social que pide para la mujer el reconocimiento de unas capacidades y unos derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres. Por otra parte, machismo es la actitud de prepotencia de los hombres respecto de las mujeres. Se trata de un conjunto de prácticas, comportamientos y dichos que resultan ofensivos contra el género femenino. Entre ellas la discriminación laboral, el acoso y, sobre todo, el maltrato psíquico y la violencia de género. Como verán el feminismo es una actitud encomiable y reivindicativa, mientras el machismo se considera un ataque desaforado contra las mujeres.

Estas aseveraciones, no reconocidas hasta después de la revolución industrial, han sido puestas en valor a lo largo del pasado siglo y especialmente durante el siglo XXI. Pero, ay, siempre hay un pero, estas reivindicaciones se han radicalizado de forma que, en la actualidad, los hombres (por lo menos yo) nos sentimos un poco perseguidos.

En la actualidad aparecemos como una serie de tipos totalmente prescindibles en todos los aspectos. Los slogans con los que nos atacan, especialmente en las manifestaciones reivindicativas, entre otras cosas se nos descalifican como participantes en la reproducción. “Nosotras parimos, nosotras decidimos”; “no os necesitamos, tenemos óvulos guardados”, etc. Creo que no es eso, no se trata de condenar una de las pocas cosas que se han hecho –casi siempre- placenteramente a lo largo de todos los tiempos entre hombres y mujeres, sino buscar la igualdad de trato.

Estimo que, especialmente los mayores, debemos romper con unas tradiciones, sustentadas en todos las culturas y las religiones que se conocen, en las que el varón (patriarca) era un guerrero y un sustentador de la economía, mientras la mujer era una maquina de trabajar y de tener hijos. Desgraciadamente los de nuestra generación nos hemos criado en familias en las que las abuelas, madres, tías o hermanas han puesto en práctica los roles clásicos de hombres y mujeres y nos han maleducado al respecto.

Gracias a Dios, la situación ha cambiado para bien. Nos quedan muchos pasos que dar, pero, ojo, pasos no zancadas que nos hagan perder el equilibrio. La sociedad es pendular y vamos a caernos por el otro lado de la cama.

Mi buena noticia de hoy me la manifiestan esas mujeres de nuestros días que han invadido las universidades, las empresas, las instituciones, la política, o las bellas artes la política o las bellas artes, y que realizan extraordinariamente todo cuanto se proponen, basándose en su formación y conocimientos. Lo único que les pido es que no nos crucifiquen al estilo de lo que se decía al incorporarnos al ejercito: “el soldado por el solo hecho de serlo, será severamente castigado”. El hombre, por el solo hecho de serlo… no es culpable. No nos castiguen; seamos todos… personas. 

Noticias relacionadas

Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

Algo ocurre con la salud de las democracias en el mundo. Hasta hace pocas décadas, el prestigio de las democracias establecía límites políticos y éticos y articulaba las formas de convivencia entre estados y entre los propios sujetos. Reglas comunes que adquirían vigencia por imperio de lo consuetudinario y de los grandes edificios jurídicos y filosófico político y que se valoraban positivamente en todo el mundo, al que denominábamos presuntuosamente “libre”.

Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto